lunes, 22 de julio de 2013

La culpa es del arroz al horno.

Kike Sanz(Adic2u).


Normalmente no suelo acostarme después de comer, por aquello de mis problemas de sueño, pero hoy tras una copiosa comida y varios días de poco sueño, he caído rendido y me he quedado frito.

Un sueño terrible, más bien una pesadilla, de esas que al levantarte das las gracias porque solo haya sido un sueño. La mía ha sido mitad fantasía mitad real, mas menos en esa proporción.

He soñado con mi época de activo, en concreto con una triste noche y posterior mañana que por desgracia recuerdo demasiado bien, una “fiesta fúnebre” que decía Teresa, terapeuta del primer centro donde ingrese, prácticamente he revivido aquella situación, y lo que más me ha sorprendido y hecho pasarlo mal no ha sido la situación, el consumir desenfrenadamente, ni los momentos esperpénticos por los que pasaba yo en situaciones parecidas. lo que realmente me ha alterado y encogido el corazón es que, como si se tratase de una transmutación temporal, he sentido y vivido con demasiada realidad, las emociones que creo que tuve, algo que estoy seguro que por aquel entonces anestesiaba raya tras raya, pero en este sueño, al no haber toxico de por medio, he vivido y experimentado cada una de ellas, y por dios casi me da algo, normal que consumiese como si se acabase el mundo, es insoportable soportar tanto dolor, humillación, perdida de la dignidad y mil cosas más que he sentido, aun ahora mientras escribo tengo el estomago encogido y siento casi ganas de vomitar, ha sido un sueño realmente desagradable, nuca hasta ahora me había pasado algo así, creo que nunca hasta esta tarde he sufrido, en seco, lo que he sufrido hoy.

Os puedo asegurar que la angustia se ha pegado cual tejido adiposo a mí y no me deja en paz. Y ahora tras un rato de reflexión pienso en que quizás mi subconsciente me ha mandado un mensaje claro, me está recordando de donde vengo pero nunca hasta ahora había tenido línea directa conmigo, seguro que este mensaje me lo manda para ponerme los pies en la tierra de nuevo y recordarme que cuando hablo con un adicto en activo, debo contralar ese impulso que muchas veces me sale al estilo “fast solutions” como si yo simplemente por el hecho de haber salido de esa etapa, tuviese la verdad absoluta sobre lo que hay que hacer, cuando detrás de sus palabras existe una historia de vida que no se puede resolver como si se tratase de un constipado, recordarme que tras palabras y vivencias hay emociones, sentimientos destrozados y casi siempre, una necesidad de ser escuchados más que de otra cosa.

Hoy mi subconsciente me ha puesto en mi sitio por la vía dura.

No hay comentarios:

Publicar un comentario