domingo, 10 de febrero de 2013

El Peligro De No Tener Distinciones


Rita Tonelli 

¿Sos presa de la rutina? ¿Sabés la diferencia entre un hábito y la rutina? ¡Te espero en mi blog para que veamos la importancia de tener distinciones precisas.

El Peligro De No Tener Distinciones


En mi libro Mirada Desde El Coaching Sobre Los 7 Hábitos De La Gente Altamente Efectiva , me dedicoRutina hábito
especialmente a mostrarte cómo hacer de esos hábitos, tu herramienta poderosa para tener una una
vida personal plena y con esta base, estar preparado para triunfar en tu vida profesional.
El Coaching Ontológico te muestra que una de nuestras competencias más importantes para tener
una vida productiva, es conocer exactamente qué son las distinciones. Distinguir es diferenciar y no
confundir. Porque confundir nos hace partir, en cualquier situación, desde una base errónea.
Un hábito es una conducta específica que consiste en hacer las cosas de una determinada manera,  para
lograr cada una de las habilidades que necesitamos en el liderazgo de nosotros mismos (tener el control
sobre nuestras vidas), y estar capacitados para liderar a otros (desde tu familia hasta una organización).
Con los hábitos adecuados, tendrás disponibles los recursos que necesitás para atravesar cualquier tipo
de obstáculo.
Pero, entonces, haciendo las cosas de una determinada manera… ¿No caemos en la rutina? …
la culpable de angustias y tristezas, del aburrimiento, de la ruptura de parejas, de muchas depresiones…
 Tal vez la rutina nos ciegue y solo veamos lo que queremos ver. Rosa Montero
¡Qué importante poder adquirir distinciones!
Si bien un hábito consiste en repetir la forma de hacer una cosa, tiene un origen voluntario(elijo y decido adquirirlo) y aun cuando se constituye en hábito propiamente dicho y deja de ser específicamente voluntario, conserva su característica de haber dependido de la voluntad.
La rutina, por el contrario, está lejos de la voluntad, de nuestra capacidad de elección y de nuestra decisión de adquirirla.

Cuando hay libertad del condicionamiento mecánico, hay simplicidad. El hombre clásico es justo un paquete de rutina, de ideas y de tradición. Si sigues el patrón clásico, estás entendiendo la rutina, la tradición, la sombra…No te estás entendiendo. Bruce Lee

Existe una frase de Thomas Mann, que con respeto, me permito recrear y agregar una pequeña aclaración con lo que creo que esta distinción quedará totalmente clara.
Esta es la frase original…
Un hábito es como un cable, tejemos una hebra cada día y al final, no podemos romperlo…(Y no queremos hacerlo).
La “rutina” es como un cable, tejemos una hebra cada día y al final, no podemos romperla… (Y necesitamos hacerlo).

En la rutina, no se registra actuación de la conciencia, se vive en transparencia (automático) y quizás te parezca que esto no te trae ninguna consecuencia negativa,  sin embargo, si parás un momento y te observás, podrás comprobar que estás repitiendo acciones sin cuestionarlas y sin darte cuenta de que muchas de ellas ya, no tienen sentido.

¿Lográs comunicarte con tus nietos pequeños como lo hacías con los que hoy, son adultos?
¿Probaste algún camino diferente que te lleve a tu casa?
¿Seguís con lo que hace tiempo aprendiste y no has vuelto a capacitarte?
¿Podés darte cuenta de que “lo único permanente es el cambio”?
¿Qué te está pasando en referencia al contexto de tu vida que te hace sentir incómodo, triste?
Necesitás vivir alerta (presente en el presente), distinguir las conductas que ya no te sirven y adquirir otras que te acerquen a tus objetivos y a una mejor calidad de vida.
Uno tiene en las manos el color de su día… rutina o estallido. Mario Benedetti

Un día, un becerro atravesó un bosque virgen para volver a su pastura. Como era un animal y no podía darse cuenta, abrió un sendero tortuoso, lleno de curvas, subiendo y bajando colinas para llegar donde quería. Al día siguiente, un perro usó ese mismo sendero para atravesar el bosque. Después fue el turno de un carnero, jefe de un rebaño, que viendo el camino marcado hizo a sus compañeros seguir por allí. Más tarde, los hombres comenzaron a usar ese sendero: entraban y salían, giraban a la derecha y a la izquierda, descendían, se desviaban de obstáculos, quejándose y maldiciendo, con toda razón. Pero no hacían nada para crear una nueva alternativa. Después de tanto uso, el sendero acabó convertido en un amplio camino donde los pobres animales se cansaban bajo pesadas cargas, obligados a recorrer en tres horas una distancia que podría haber sido vencida en treinta minutos, si no hubieran seguido el sendero abierto por el becerro.
Pasaron muchos años y el camino se convirtió en la calle principal del poblado y, finalmente, en la avenida principal de la ciudad. Todos se quejaban del trayecto porque peor no podía ser.

Mientras tanto, el sabio bosque se reía, al ver que los humanos tienen la tendencia a seguir ciegamente los caminos que ya han sido abiertos, sin cuestionarse nunca si esa es la mejor elección.
Pablo Coelho

Por el placer de compartir

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