http://coachingyespiritu.com.ar/postergar-coaching/#comment-242
Te dispusiste a desayunar. Mientras escuchabas la canción del agua subiendo y bajando en la cafetera, pensaste: “Desayuno, y lo hago”. No tenías hambre pero comiste igual. Tardaste un poco más que siempre con las tostadas y el café…y pasó un pedacito más de día.

Ahora, vos mandaste un mensaje y esperaste la contestación… “Después de que me contesten, lo hago…”
Abriste la casilla de correo…-Te lleva tiempo ver y responder los mails, por eso… “Cuando termine, lo hago”.
Te fijaste si tenías comida para el medio día. ¡Uy! No tenías y algo había que comer. ¡Venga el picado de cebollas!
Mientras llorás ácido, pensás en la mejor forma de hacerlo. “Tendría que decirlo así… no, mejor así, ¿y si le cae mal?”
Encendés el horno y te das cuenta de que te duele la cabeza…y tenés un pequeño ahogo en la garganta. “¿Por qué me siento mal? No es físico.”
Ya son las cinco de la tarde. “A esta hora, ya debe estar ocupado, así que no puedo hacerlo. Mejor, mañana.”
Sentís que el ahogo es angustia… Y el dolor de cabeza te hace sentir el peso de un ladrillo que aprisiona tu cerebro.
Mejor te tirás en el sillón y te olvidás de que no lo hiciste. “Qué mal me siento. Soy un débil y postergo. Bueno, pero tampoco tengo tiempo. Estuve todo el día ocupado. Estoy triste, no tengo ganas de nada. ¿Por qué me sentiré tan mal?”
El auto reproche va con vos por toda la casa.
“Ya está. Mañana, lo hago.”
Cualquier semejanza con la realidad del efecto en vos, de postergar, NO es pura coincidencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario