Marginado Cazador Cazado
Que no existan pobres ni excluidos sociales
DISCAPACIDAD, POBREZA Y EXCLUSIÓN SOCIAL
Los rasgos de la discapacidad están estrechamente relacionados con los problemas de salud de mayor incidencia, la soledad los problemas familiares, los conflictos los hábitos de alimentación y el uso/consumo de determinadas sustancias, alcohol y drogas
Miles de personas
Los rasgos de la discapacidad están estrechamente relacionados con los problemas de salud de mayor incidencia, la soledad los problemas familiares, los conflictos los hábitos de alimentación y el uso/consumo de determinadas sustancias, alcohol y drogas
Miles de personas
viven con algún tipo de discapacidad, de las cuales muchas padecen una discapacidad grave”. Un gran número de personas con discapacidad debido al envejecimiento de la población y al aumento global de problemas crónicos de salud como la diabetes, las enfermedades cardiovasculares, los trastornos mentales y los accidentes.
En España cuando las discapacidades se manifiestan antes de la edad de jubilación, generalmente se encuentran asociadas a las condiciones de vida y laborales de los sectores sociales con menores niveles de renta y formación, conformando un círculo vicioso entre la discapacidad y la pobreza, exclusión social. Prueba de ello es que la tasa de discapacitados en los hogares españoles cuyos ingresos están por debajo de los 900 euros mensuales, ).
Otro factor exclusión social que afecta con especial intensidad a las personas discapacitadas es su mayor aislamiento social. No en vano la falta de amigos afecta, y se duplica entre aquellos que padecen limitaciones mentales o múltiples, en contraste con una mayor intensidad en las relaciones con sus redes familiares más próximas.
Es decir la discapacidad es en sí misma es un factor de exclusión social de primer orden, que conlleva la vivencia de numerosas desventajas y una cierta imposibilidad general del disfrute pleno de los derechos de ciudadanía. Pero si la discapacidad tiene lugar en un contexto familiar, con recursos económicos escasos y bajo nivel formativo puede conducir a quien la padece a una situación de exclusión social de enorme profundidad.
La Convención de los Derechos de las Personas con Discapacidad), aprobada en 2006 por Naciones Unidas, trata de “promover, proteger y asegurar el goce pleno y en condiciones de igualdad de todos los derechos humanos y libertades fundamentales por todas las personas con discapacidad, y promover el respeto a su dignidad inherente”, y aunque muchos países han adoptado medidas para mejorar la vida de estas personas, todavía queda mucho camino por recorrer. Posibilitar su acceso a los servicios convencionales, invertir en programas para atender sus necesidades, adoptar planes de acción sobre discapacidad, asegurar su participación en la sociedad, mejorar la capacitación de los profesionales que trabajan con estas personas, fomentar la sensibilización pública hacia la discapacidad.
En España cuando las discapacidades se manifiestan antes de la edad de jubilación, generalmente se encuentran asociadas a las condiciones de vida y laborales de los sectores sociales con menores niveles de renta y formación, conformando un círculo vicioso entre la discapacidad y la pobreza, exclusión social. Prueba de ello es que la tasa de discapacitados en los hogares españoles cuyos ingresos están por debajo de los 900 euros mensuales, ).
Otro factor exclusión social que afecta con especial intensidad a las personas discapacitadas es su mayor aislamiento social. No en vano la falta de amigos afecta, y se duplica entre aquellos que padecen limitaciones mentales o múltiples, en contraste con una mayor intensidad en las relaciones con sus redes familiares más próximas.
Es decir la discapacidad es en sí misma es un factor de exclusión social de primer orden, que conlleva la vivencia de numerosas desventajas y una cierta imposibilidad general del disfrute pleno de los derechos de ciudadanía. Pero si la discapacidad tiene lugar en un contexto familiar, con recursos económicos escasos y bajo nivel formativo puede conducir a quien la padece a una situación de exclusión social de enorme profundidad.
La Convención de los Derechos de las Personas con Discapacidad), aprobada en 2006 por Naciones Unidas, trata de “promover, proteger y asegurar el goce pleno y en condiciones de igualdad de todos los derechos humanos y libertades fundamentales por todas las personas con discapacidad, y promover el respeto a su dignidad inherente”, y aunque muchos países han adoptado medidas para mejorar la vida de estas personas, todavía queda mucho camino por recorrer. Posibilitar su acceso a los servicios convencionales, invertir en programas para atender sus necesidades, adoptar planes de acción sobre discapacidad, asegurar su participación en la sociedad, mejorar la capacitación de los profesionales que trabajan con estas personas, fomentar la sensibilización pública hacia la discapacidad.
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