viernes, 4 de mayo de 2012

¿IMPOSIBLE ABANDONAR EL TABACO?


Se llega a la conclusión de que de todas las terapias ensayadas para ayudar a los fumadores a abandonar el tabaco, ninguna había tenido tanto éxito ni poder de convicción como el infarto de miocardio. En efecto a tenor de las estadísticas que me mostró y que demuestran que ninguno de los métodos empleados habitualmente alcanza una tasa de efectividad de más de un 25 % al cabo de un año y no llega al 10 % después de tres años por el alto número de individuos que aunque consiguen abandonar temporalmente el tabaco, éste arraiga en lugares tan recónditos del carácter tabaquista que reinciden impulsados por los múltiples estímulos publicitarios que les tientan constantemente a consumir esta droga legal cuya nocividad nadie discute actualmente.


Ni siquiera la angina de pecho, que es ese dolor lacerante y transitorio que constituye un aviso previo de que puede producirse un verdadero infarto de miocardio obtiene tan buenos resultados en la clasificación de motivos que animan a abandonar el tabaco, aunque ocupa la segunda posición, seguida a corta distancia por el embarazo, con una notable curiosidad: cuando en la pareja los dos componentes son fumadores, el varón suele continuar fumando sin sentirse obligado por solidaridad con su futuro hijo ni con la mujer que sí suele abandonar el hábito, aunque el índice de recaída posterior continúa siendo bastante alto, pero así nuestras futuras mamás aunque hayan dejado de inhalar su propio humo, se convierten en fumadoras pasivas.

Es posible que los sujetos fumadores que hayan visto las orejas al lobo coronario, que es una bestia asesina que ataca a hombres y mujeres, niños y ancianos que si no consiguen ayuda inmediata son víctimas seguras de ese malvado lobo que muestra una notable predilección por atacar a varones fumadores de mediana edad a los que localiza posiblemente por el rastro de humo tóxico que dejan a su paso y que permite a la bestia el acecho y la emboscada para encontrarles desprevenidos lo que garantizará una mayor posibilidad de éxito en sus ataques. Sin embargo en los casos en que el fumador atacado haya recibido socorro rápidamente y se haya conseguido ahuyentar a la bestia, la tasa de abandono del tabaco es prácticamente del 100 %, no alcanzando el éxito total pues existen individuos que con valor desmedido continúan transitando sin preocuparse excesivamente de atraer la atención del lobo coronario con sus señales de humo, dejando en manos del destino su supervivencia confiando sin duda en obtener la misma ayuda salvadora en el siguiente ataque que también está documentado estadísticamente que cuenta con mayor probabilidad que en el resto de individuos ya que como todos los depredadores, si puede, elige sus víctimas entre los sujetos ya atacados anteriormente y que estarán lógicamente debilitados lo que hace más sencilla su captura.


Como el tema me interesó estuve leyendo los datos del Sistema Nacional de Salud, que  permiten afirmar con rotundidad que frente a cualquier procedimiento quirúrgico con anestesia la tasa de éxito es superior en sujetos no fumadores y su propia interpretación de este hecho incuestionable se basa en la sospecha de que los pacientes que eran fumadores antes de entrar en el quirófano, cuando salen de él, deben enfrentarse a una recuperación lastrada por el trauma y estrés que supone el abandono de la nicotina que en ningún caso se suministra en los centros hospitalarios y que hace que el paciente se enfrente al síndrome de abstinencia y el decaimiento que le acompaña perjudicando sus expectativas de recuperación de la intervención.
En realidad sus datos demostraban que cualquier ingreso hospitalario se acompaña de la restricción del hábito tabáquico, que así permite que los ex-fumadores forzosos, pasados unos días de desintoxicación sean de los pocos pacientes que acostumbrados sin duda a las escasas alegrías que les proporcionaban sus sentidos del gusto y el olfato, amortiguados por el humo del tabaco, ahora consideran manjares exquisitos los platos más ordinarios y las viandas más humildes que la cocina de un centro hospitalario pone a disposición de sus forzosos críticos gastronómicos.

También señalar que en el Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte, vecinos y maestros nuestros en muchas cosas, directamente se excluye de la lista de futuros trasplantes de corazón a los pacientes que no abandonen el hábito de fumar con suficiente antelación para no enfrentarse al síndrome de abstinencia después de recibir el órgano, pues en ese caso las expectativas de éxito y supervivencia no aumentan con el trasplante sino que incluso disminuyen.
Hace algunos años un ciudadano británico fumador recalcitrante y enfermo coronario llevó a los tribunales al Sistema Sanitario Británico de Salud por vetarle la posibilidad de recibir un corazón trasplantado al negarse el sujeto a dejar de fumar como se solicita en el protocolo para posibles receptores de corazón y destinar el que le hubiera podido corresponder a otro paciente que lo aprovechará estadísticamente mejor que el litigante.
No sabemos que resultado hubiera tenido el pleito ya que el sujeto falleció y su familia y derechohabientes desistieron de la demanda, privándonos de conocer la decisión que hubieran tomado en este caso los tribunales británicos, aunque todo hace suponer que hubiera sido desfavorable para el enfermo.
Ahora cada uno debe reflexionar y tener en cuenta la experiencia aportada y recopilada por otros para proteger la vida propia y ajena de los ataques de esta mortífera bestia y una precaución básica es no proporcionarle pistas sobre nuestro paradero produciendo esas señales de humo que sin duda alguna es una de las cosas que atraen sus preferencias a la hora de elegir víctimas que llevarse a la estadística.



Y ya sabéis, si fumáis mirad de vez en cuando a vuestro alrededor, como hago yo, para estar prevenidos cuando el lobo coronario ruja a vuestra espalda anunciando que vuestra vida está a punto de cambiar.... suponiendo que sobrevivamos a su ataque, claro. 


Yo voy a reflexionar y os invito a hacerlo vosotros... Buen fin de semana y saludos.