miércoles, 5 de marzo de 2014

Riesgos en el Ejercicio de la Profesión de Terapeuta u Operador en Drogodependencia.

Hipócrates, el padre de la medicina, decía: "el que sólo sabe de medicina, ni de medicina sabe".

Existen diversos tipos de riesgos en el desempeño de esta tarea, y éstos están asociados a los diferentes contextos personales y de vinculación.

Cualquiera de los ámbitos mencionados anteriormente son exponibles a situaciones de riesgo o daño.

En lo que refiere a los riesgos que puede sufrir el operador podemos mencionar los siguientes, sin excluir que muchas veces se puedan ver algunas características dentro de otras que se mencionan. La idea es poder detallar los mismos para identificarlos con mayor precisión.

Furor curandis – Se denomina así a la compulsión por intentar recuperar a toda persona próxima a sí mismo. Esto implica a familiares, vecinos, amigos, familiares de asistidos e incluso gente conocida fugazmente. Generalmente estos riesgos se suscitan en los primeros tiempos del ejercicio de la profesión, hasta que el operador se vuelve conciente acerca del alcance de su trabajo. Los otros riesgos que estas conductas le pueden ocasionar al operador son el de convertirse en alguien molesto y controlador, quitándole confiabilidad, seriedad, paciencia, seguridad y efectividad.

Esta característica muchas veces se acompaña de otra similar que es el "furor educandis", donde el profesional atraviesa por la compulsión en educar a sus asistidos acerca de sus conocimientos, considerándolos de vital importancia para el entendimiento y futura curación del mal. Esta conducta compulsiva, puede ser nociva, al tupir al asistido de información, impidiéndole asimilar los conocimientos adecuadamente, en lo que debería ser un proceso de entendimiento intelectual y posterior comprensión emocional.. Además es peligroso darle al adicto demasiada información porque la enfermedad también aprende y luego puede utilizar estos conocimientos de un modo defensivo para mantener su adicción.

(Con respecto a esto de ver a la enfermedad como un habitante interior, voy a mencionar una anécdota que viví hace unos años en Buenos Aires. Martín un amigo alcohólico, me contaba que cuando empezaba a tomar se convertía en Luismi, y que Luismi era una persona agradable que conquistaba chicas, se hacía de amigos en los boliches, era divertido, etc..Pero al continuar tomando, se transformaba en Roger. Ante la sorpresa y lo gracioso de este nuevo nombre, le pregunté como era Roger, a lo que me contestó: "Roger pudre todo lo que Luismi ganó, quiere robar a los amigos que Luismi hizo, a las chicas las quiere ultrajar, es viiolento, etc"."Qué problema!" Le contesté, "y a Roger ya no lo aguantás más?," continué, a lo que me contestó: "No puedo más con Roger, pero no se qué hacer". Entonces proseguí con mi idea: "Martín, el problema es que si no querés más a Roger en tu vida, vas a tener que sacrificar a Luismi". Se hizo un silencio y una mirada profunda y desconocida me atravesó, y continuó muy serio:

"Mirá que Roger……… está escuchando!!!")

Codependencia – "Codependiente es aquella persona que ha permitido que su vida se vea afectada por la conducta de otra persona y esta obsesionado tratando de controlar esa conducta." (*3) Melody Beattie

Las conductas codependientes se caracterizan por volcar mayor energía y esfuerzo en las tareas de recuperación que el propio asistido. Pasan por controlar, perseguir, invadir y desgastarse exageradamente, postergándose en sus propias actividades. La codependencia es generalmente el primer destino que encuentra la enfermedad de la adicción en el adicto, cuando éste inicia su proceso de recuperación a alguna sustancia. Esto también implica la postergación del propio proceso en función del exceso de cuidado por el otro. Los riesgos a los que se expone el operador son como se menciona anteriormente el desgaste, la postergación, la hiperactividad y desproporción.

"la vocaciòn por curar a otros no siempre responde a razones sanas" y continúa describiendo al "curador enfermo" como "una persona autoritaria, dependiente de los demás, creador de una máscara de benevolencia, que espera curarse a sí mismo a través de un tercero y ser adulado". (*4) Thomas Maeder

Estas conductas codependientes del operador, le generan al asistido la dificultad de hacerse cargo de su propia recuperación, al descansarse en el operador y no poder experimentar la recompensa del esfuerzo, ya que "lo que no cuesta, no vale".

Deformación profesional – Significa vivir en función de la profesión, diagnosticando, operando, analizando e intentando ayudar donde no corresponde. Estas conductas suelen suceder durante el proceso de aprendizaje y en los primeros tiempos del ejercicio de la profesión. Este riesgo influye negativamente en la imagen del operador ya que puede transformarse en alguien obsesivo, analítico y crítico. En síntesis, resulta muy adecuado para explicar esta conducta, citar la máxima de Hipócrates, el padre de la medicina, que decía: "el que sólo sabe de medicina, ni de medicina sabe".

Ilusión de control – Se refiere a mirar parcialmente el problema. Se puede estar dirigiendo la mirada a parte del problema, pero no a éste en su totalidad. El adicto por lo general es una persona muy adaptativa y puede mostrarse sumamente adecuado a los sistemas de tratamiento, sobre todo a los residenciales, sin embargo es necesario ver si realmente esta generando cambios profundos. Muchas veces el adicto cree que con haber logrado determinadas metas, eso significa que ya tiene su recuperación bajo control. Como operador es necesario ayudar a consolidar las bases de la recuperación del asistido, que van mucho más allá de determinados cambios circunstanciales. Para ello la tarea fundamental es ayudar al adicto a asumir su condición de adicto y de continuo cuidado.
"las profesiones dedicadas a la ayuda son, de hecho a la sociedad adictiva lo que el codependiente al adicto, desde el momento en que ponen parches que permiten a las personas ir tirando para perpetuar una sociedad enferma. Es el mismo papel que la complicidad del codependiente representa para el alcohólico, impidiéndole afrontar realmente las consecuencias de su comportamiento adictivo, y por tanto, anulando la posibilidad de experimentar su enfermedad y su rehabilitación.

Las profesiones dedicadas a la ayuda sostienen y amparan al enfermo justo lo necesario para impedir que el sistema tenga la posibilidad de cambiar al percibir su propia tendencia destructiva. Sin embargo, como toda adicción, un sistema enfermo es progresivo y fatal. No es bueno estimular su supervivencia".

Homeostasis - Es importante en el ejercicio de la profesión, lograr ser un agente de cambio. Muchas veces las instancias terapéuticas son utilizadas por los asistidos para que nada cambie, por ej: cuando el adicto asiste bajo presión familiar, pero se resiste a generar cambios, o asiste para amortiguar las consecuencias negativas de la conductas adictivas, pero no con el propósito de suspender las mismas, sino que simplemente para sentirse mejor y así juntar fuerzas para volver a ellas.

Omnipotencia –En la práctica suele suceder que el operador crea que la única intervención efectiva es la propia, esto descalifica las demás intervenciones y por ende las demás profesiones. Esta actitud impide formar parte de un equipo de trabajo, es soberbia al no aceptar ayuda y pone en riesgo no sólo a su persona sino que sobretodo a la salud del asistido. Es necesario aceptar que como persona y operador se es limitado y que la adicción es una enfermedad bio-psico-social que requiere atención específica en cada área. El riesgo de la omnipotencia lo sufre sobretodo el asistido, al negársele posibilidades que están fuera del alcance del operador y los daños que puedan surgir por la negligencia en atender problemáticas que no hayan sido diagnosticadas.

Complacencia – Como se menciona anteriormente es necesario la formación continua. Suele suceder que operadores ya recibidos no continúan con su formación. Se vive en un mundo dinámico donde surgen a diario actualizaciones y nuevas problemáticas tales como nuevas drogas, nuevos medios de vida, nuevas formas de delinquir, nuevas leyes, nuevas enfermedades, conflictos sociales, modelos de abordajes, políticas sociales, etc. El conocimiento nunca es absoluto y no es correcto estar ausente a estas dinámicas.
Existe un dicho en el ámbito del tratamiento de la adicción que ayuda a esclarecer este concepto, "el ciudadano es inocente ante la ley, hasta que se demuestre lo contrario, pero el adicto es culpable (dentro de su entorno) hasta que demuestre lo contrario". Para esto es bueno ser desconfiado y permitirle al asistido que de a poco vaya ganando la confianza en sí mismo y de esa forma ir transmitiéndola al resto de la gente cercana.

Inocencia – Trabajar con adictos requiere de sutileza, ya que muchas veces se enfrenta a la enfermedad, y no a la persona. La enfermedad es manipuladora, mentirosa, seductora, amenazante, convincente y defensiva. Puede suceder que el operador no perciba tales conductas y por lo tanto no intervenga adecuadamente a favor de la persona.

Transferencia – Los relatos y las historias de vida de los asistidos pueden muchas veces afectar la intervención del operador cuando éste siente identificación con las mismas y aún no las ha superado en su propia experiencia. Tales situaciones generalmente hacen que el operador desvíe la temática, se paralice, se ofusque y pueda reaccionar de manera inefectiva como dañina. Para impedir estos riesgos se alienta a que el operador trabaje consigo mismo a través de consultas de equipo, con otro profesional, un colega, en grupos terapéuticos o cualquier instancia de supervisión o terapia personal. En los casos que no pueda operar es recomendable derivar a otro colega.

Reproducción del modelo - Suele suceder en instituciones y en las profesiones de la salud que se reproduzcan las patologías que tratan, así como se dice que en una cárcel, el carcelero puede estar más preso que el preso, o en un Hospital psiquiátrico, el siquiatra más loco que los locos, de la misma manera los equipos que trabajan en el área de la adicción pueden presentar características del adicto. Por lo tanto, en estas condiciones el operador puede formar parte de un equipo que esté afectado por características tales como la obsesión, la ilusión de control, la ilusión de poder, la negación, la rigidez, inmediatez y manipulación, propias del perfil del adicto. Es difícil para quienes estén involucrados, poder percibir estas conductas desde adentro de la institución, como también poder generar acciones que reviertan tales comportamientos. Para ello se requiere de una supervisión externa del equipo, o personal de cada integrante para poder lograr la objetividad necesaria para ver tales problemáticas. Es necesario en este aspecto también cuidarse del doble mensaje o del mensaje incoherente "hace lo que digo, pero no lo que hago" y del antibloque, que se refiere a cuando alguien de un equipo recomienda algo y otro del mismo equipo algo opuesto. Este tipo de comportamientos reproducen por lo general la comunicación disfuncional de la familia, generando inseguridad y margen para las maniobras del asistido.

Abuso de confianza– Por exceso de identificación o por algún beneficio secundario, el operador puede sobre involucrarse con el asistido. Esto está previsto dentro del código de ética, justamente para impedir abusos en el ejercicio de una profesión que puede influenciar a quien se asista. Muchas veces los asistidos vienen carentes afectivamente y encuentran con el operador una relación que les brinda seguridad, confianza y afecto. Si este vínculo no se cuida adecuadamente se puede confundir al asistido en acciones que lo perjudiquen, generalmente en favor del operador. Es necesario como operador tener claro cual es la función con el asistido, aunque el asistido pueda al principio confundirse, es de orden, ayudar al asistido a reencausar la relación, o en caso irreversible hacer la derivación pertinente.

Estrés, Desgaste por Empatía y Burnout - Se incluye dentro de estos riesgos a todos aquellos relacionados con el estrés.
"Las autoras Maslach y Jackson han definido al "burnout" como un síndrome de estrés crónico de aquellas profesiones de servicios que se caracterizan por una atención intensa y prolongada con personas que están en una situación de necesidad o dependencia. Se caracteriza por un proceso marcado por el cansancio emocional, la despersonalización y el abandono de la realización personal". Previo al burnout existe por lo general el trastorno de estrés simple. "Las diferencias fundamentales entre el estrés simple y el síndrome de burnout es que mientras que el estrés puede desaparecer tras un período adecuado de descanso y reposo, el burnout no declina con las vacaciones ni con otras formas de descanso."

Estos trastornos están asociados a exceso de trabajo, falta de cuidado personal, cansancio, agotamiento emocional, irritabilidad, incapacidad de disfrutar de la tarea, victimización, etc. Para prevenir tales riesgos existen ejercicios de relajación, meditación, respiración, actividades personales extra trabajo, recreación, ejercicio físico y ayuda profesional. Este trastorno de burnout se ve muy seguido en el personal que trabaja en siquiátricos, como enfermeros, médicos, personal administrativo, etc.

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