Desde que nos levantamos estamos tomando decisiones, unas carecen de importancia pero otras nos durarán para toda la vida. Cuantas veces habremos pensados si hemos hecho bien o hemos hecho mal alguna cosa.
Cuantas veces habremos pensado que sería mejor ir para atrás en el tiempo y corregir aquella decisión, y cuantas veces nos hemos comido la cabeza o como se suele decir cuantos quebraderos de cabeza, y es ahí donde nos vienen los llamados dolores de cabeza… ¿ y si lo hago? ¿y sino? ¿y si se lo digo? ….etc….
Quizás en alguna ocasión hemos querido imaginar un final distinto de cómo fue, y ahí entra en juego la mente, como será de curiosa que podemos imaginar una situación a nuestro parecer para intentar amortiguar nuestras penas. Claro que también imaginamos frustraciones, por ejemplo al imaginar que seremos rechazados por una persona en el plano sentimental., o en nuestro entorno social, si basarnos en una base sólida.
Ciertamente imaginamos lo que queremos pero evidentemente la base la sustentamos nosotros con nuestro estado de animo, es decir si al tomar una decisión pensamos que saldrá mal, seguramente acabará mal…de ahí el posterior arrepentimiento de la decisión tomada y de ahí los quebraderos de cabeza.
Cuando tomamos una decisión no hay que plantearse que pasará, simplemente el por qué la tomamos, porque no podemos adivinar el futuro y porque hay que vivir el presente, lo que tenga que venir vendrá independientemente de las decisión tomada.
Está claro que nuestro estado de animo va a influir positivamente o negativamente en la repercusión de la decisión, así pues comerse la cabeza no sirve de nada, hay que dejar pasar la vida y cuando venga la cuestión en sí, entonces solo en ese punto nos podremos replantear si nos equivocamos, pero de todas maneras equivocarse no es negativo, más bien forma parte de un proceso del aprendizaje humano.
Y si las cosas no salen como esperábamos no hay que desesperarse, porque no nos va ayudar a rehacer la nueva decisión. Hay que empezar de cero, mirar nuestros objetivos e intentar ser positivos, aceptando nuestros limites y tomar la decisión. Luego ya veremos como ha resultado.
DAVID ALVAREZ GARCIA
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