martes, 7 de junio de 2011

ELEMENTOS MOTIVACIONALES

                           "Si quiero rescatarme,
              si quiero iluminar esta tristeza,  
           si quiero no doblarme de rencor
                 ni pudrirme de resentimiento,
                      tengo que excavar hondo
                                  hasta mis huesos,
           que excabar hondo en el pasado
        y hallar por fin la verdad maltrecha
con mis manos que ya no son las mismas"
                                (MARIO BENEDETTI)

¿Cómo mantener el nivel de motivación cuando la vida nos ha tratado mal? ¿Cómo mantener la esperanza cuando la realidad se tiñe de dificultades? ¿Cómo no doblarnos por el rencor ó dejarnos pudrir por el resentimiento? Benedetti, con su magistral manera de nombrar la palabra, nos aporta algunas pistas: hay que excavar hondo, hasta los huesos, y todo ello con unas manos que ya no son las mismas... Manos que seguramente han ido perdiendo agilidad, has sido curtidas por experiencias de dolor, han acariciado el sufrimiento y, ¿por qué olvidarlo?, tambien han acariciado los momentos mas bonitos de nuestra historia y guardan en su recuerdo a las personas a las que amamos.
En la intervención social, hemos de iniciar en muchas ocasiones procesos de motivación y de cambio cuando las personas se encuentran en situaciones como las que hemos descrito anteriormente. Acuden a nosotros cuando su salud está muy deteriorada y no pueden seguir manteniendo su estilo de vida, pues permanecer sin techo puede significar su muerte cuando ya no les queda mas alternativa, cuando ya no saben cómo seguir viviendo.
Por ello, antes de iniciar cualquier proceso motivacional hemos de dejar espacio para curar heridas, para poder mirar cara a cara al dolor, para dar nombre a todo cuanto habita en el interior del otro, y todo con el fin de que la tristeza, e rencor y el resentimiento no se instalen en sus vidas. En todo este proceso nos serán de gran utilidad las actitudes y habilidades propias de la relación de ayuda.
No parece lo mas propio que al inicio de una relación de ayuda se utilicen estrategias de motivación. Será mas bien en una fase media de la relación de ayuda cuando entren en juego los elementos motivacionales que deben guiar los posibles procesos de cambio.
I- Cómo mantener el nivel de motivación
El nivel de motivación no permanece de manera lineal en el proceso, sino que fluctúa por múltiples razones. Es por eso por el que muchos inician programas de ayuda o de inserción, pero abandonan mucho antes de haber concluído dichos procesos. Ésta es la causa por la que uno de nuestros objetivos en la intervención ha de consistir en mantener el nivel de motivación , para servir de apoyo en los momentos mas bajos.
I.I- Los abandonos voluntarios
EGAN (Orientador experto) considera que la motivación del ayudado es alta si padece una pena psicológica, ya que la desorganización de su vida le hace susceptible a la influencia del ayudante. Por eso, en ocasiones, cuando la ayuda ha posibilitado un mejor manejo ó una superación de esa pérdida, o las consecuencias de es pérdida ya no son tan patentes, se abandona dicha ayuda aunque el proceso no esté finalizado, porque el dolor de seguir siendo ayudado es mayor que el dolor que en ese momento le produce esa pena o desorganización.
Éste podría ser quizá uno de los motivos por los que, cuando los ususarios llegan a los programas y se les explican los contenidos, actividades, normas,... les parece todo bien. Y todo les parece bien porque no pueden manejar por sí solos su vida, y esta necesidad les da la motivación suficiente para aceptar lo que les proponemos. Es con el paso de los días, con la mejora de la salud, con la recuperación del equilibrio emocional, con el inicio del cobro de una pensión... cuando comienza a bajar el nivel de motivación y, por tanto, empieza a pesarles el programa y la continuidad en el mismo.
Ser conscientes de esta dinámica nos ayudará a implantar estrategias en nuestros programas para empezar a intervenir en estas situaciones antes de que aparezcan.
I.2- Posibles estrategias
* Los programas han de ser flexibles, adaptándose en lo posible al usuario, y no al revés, que es lo que a veces suele ocurrir. Generalmente, son los usuarios los que se adaptan al programa, pudiendo llegar a encontrarnos con situaciones tan absurdas como, por ejemplo, el hecho de que determinado programa considere que las tardes son para hacer actividades externas a dicho programa, a fin de que los usuarios amplíen sus redes sociales y acudan a recursos normalizados donde puedan interactuar con vecinos del barrio. El planteamiento es positivo, pero al tratar de ponerlo en practica en determinados casos, nos encontramos con que en los talleres que se proponen en ocasiones no hay plazas y solo pueden admitir en talleres poco interesantes para el usuario, que en ocasiones son poco mañosos y no les gustan los relacionados con manualidades. Sin embargo, al ser la única opción para que realice alguna actividad externa, se debe presentar como una asitencia al taller de manera innegociable. Parece una caricatura de una situación concreta. Sin embargo, entendemos que los programas presentan limites; es posible que por la tarde no haya nadie en la estructura del programa, por lo que es necesario que el usuario salga, pero habría que buscar otras opciones y, desde luego, implicar al usuario en el proceso de busqueda de soluciones, porque, en principio, plantearle sin mas la inscripción en un taller que no es de su agrado por no haber otra posibilidad, nos llevará directamente al fracaso con él.
* Ayudar a ver el proceso de manera realista, no como un paseo triunfal, sino como un camino lleno de baches. Esto hay que plantearlo en los comienzos de la intervención, para que cuando le lleguen los baches, esos momentos de desánimo y de querer arrojar la toalla, entienda y tenga asimilado que:
- los momentos de desmotivación forman parte del proceso;
- que el desánimo no puede ser el que determine la conducta;
- que, en esos momentos, solo con mantenerse y no abandonar ya se está haciendo mucho y se está avanzando, aunque el ayudado no lo vea;
- que llegaran tiempos mejores.
* Trazar el itinerario de intervención priorizando los problemas que la persona considera urgentes y vitales. Es importante empezar por aquello que mas preocupa al usuario; de lo contrario, su atención va a estar fijada en lo que para él es importante, por lo que la intervención no resultará. Esto no significa que dejemos de lado lo que para nosotros es importante ó consideramos que es el foco de sus problemas. Sólo se trata de iniciar un proceso de negociación y de secuenciar, dando argumentos claros e información útil sobre lo que nosotros consideramos y él no ve. Por otra parte, habrá ocasiones en las que sea necesario atrasar el logro de ciertos objetivos y, por tanto, renunciar temporalmente a ellos hasta que creamos que es el momento adecuado, en funcion de la situación de la persona.
* Conjugar las intervenciones de soporte con las de estímulo. La cantidad de esfuerzo físico y psicológico pedido al usuario en el proceso afecta a su motivación. Si se hacen muchas demandas demasiado pronto, probablemente dejará de participar en el programa, porque se sentirá agobiado. Por otro lado, si se exige poco de él y no percibe ningún progreso, tambien es posible que el desánimo le lleve a abandonar el esfuerzo que hace para cambiar.

Fdo: FERNANDO REYES

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