lunes, 8 de abril de 2013

Conflicto social en Zaragoza: Remar y los vecinos de Rosales del Canal


Fernando Reyes, colaborador de este diario, ex-toxicómano, y Presidente de laAsociación “Drogas No, Gracias se interesa por la problemática surgida en Zaragoza por la construcción de un Centro de REMAR en el barrio de Rosales del Canal, y plantea ciertas cuestiones que Lorenzo Pastor Salarrullana, Redactor de cesion.net, página de soporte de dicha Asociación, pasa a rebatir
rosales del canalFernando Reyes.- Mirando en el Facebook, me encuentro con una página llamada: “Vecinos de Rosales de Canal”, creada por los propios vecinos en protesta a la futura instalación en dicho barrio de Zaragoza, de un centro de la organización REMAR, conocida por su ayuda a las personas necesitadas y, sobretodo, al tratamiento de drogodependientes.
REMAR (Rehabilitación de Marginados) es una ONGD internacional con carácter evangélico, de promoción del desarrollo y lucha contra la toxicomanía y otras lacras sociales.
Fundada en Vitoria (España) en 1982 por Juan Miguel Díez Álvarez, y formalizada en Madrid en 1990, REMAR desarrolla actualmente actividades en setenta países, incluyendo todas las comunidades autónomas españolas.
Al ver esta página me ha sorprendido pues a mí, que soy ex-toxicómano, y Presidente de la Asociación “Drogas No, Gracias” sita en Tobarra  (Albacete), se me encoge el corazón ante el rechazo de todo un barrio a la creación de un centro de ayuda a  toxicómanos, ya que hoy en día estamos desbordados  por falta de recursos, se cierran buenos centros y la demanda continúa creciendo… Eso es lo que me llama la atención. Entiendo los razonamientos que esgrimen, pero ¡Dios mío!, y voy a ir un poco lejos ¿cuántos toxicómanos habrá en el barrio, o personas con problemas de adicción a sustancias, juego, sexo, etc.? ¡Cuánta información es necesaria! Hay que informar a las familias jóvenes,  etc. y qué mejor sitio que una organización con años de experiencia y reconocida labor en ello y que además, hoy en día, tiene abiertos comedores sociales sin coste alguno.
Me aturde llamar “secta” a una institución en la que tú entras y, si no te gusta, te marchas…
Como en todo, habrá quien no esté a favor y no haya tenido una buena experiencia, porque no se puede hacer ningún Centro a la exigencia de cada uno, pero ¡por Dios!, el barrio está lleno de familias y personas que no pueden negarle un sitio a un ser humano hecho un deshecho, donde puedan ayudarle a recomponer su vida.
¿Qué molesta? ¿que sea Evangélico? ¡Qué más dan sus creencias, si mi hijo se cura de su adicción, sea cual sea el tipo! Como si se quiere volver budista y marcharse al Himalaya… ¡Por amor de Dios, que estamos ante una lacra que se nos lleva a nuestros jóvenes, que esclaviza a las personas y nos preocupamos de la retórica y de las promesas! Si me dijesen que al lado de mi casa, en vez de un parque van a poner un Centro de ayuda a marginados y drogodependientes, besaría la mano del que dio esa orden y le estaría agradecido toda la vida, pues no somos animales, somos personas y nuestro deber es prestar ayuda a todo necesitado.
Me pregunto:
-   ¿En qué clase de seres humanos nos estamos convirtiendo?
-   Tantos y tantos en la calle sin tener donde dormir, sin un futuro, alcoholizados, etc. ¿no tienen derecho a que se les acoja y se les devuelva su dignidad como uno más del barrio?
-  ¿Ésta es la educación que queremos que nuestros hijos vean? ¿El rechazo y la negación de ayuda a los necesitados?, porque nunca se sabe si el día de mañana le puede tocar a una familia de esas que se coge hoy de la mano para que no empiecen la obra…
Vivimos tiempos difíciles. Apoyemos al débil, seamos prudentes y consecuentes, no intransigentes.
Tener un drogadicto en la familia es un drama muy grande, en el que se busca ayuda desesperadamente. Seguro que algunos de vosotros tenéis el drama en casa y, como muchos, calláis. Hablamos de personas, de enfermos que tienen todo el derecho a ser respetados y ayudados por todos nosotros y, si no tienen para comer, en vez de tanta manifestación y gasto inútil, dadles un plato de garbanzos a todos los que duermen en cartones.
¿Es eso solidaridad?, ¿no hay sentido común?, ¿cómo se puede oponer un barrio a un centro de ayuda a toxicómanos? ¿Estamos perdiendo el Norte o nos falta humanidad? O… a este barrio lo manejan algunos  que les puede más la política, los intereses y el odio hacia este tipo de enfermos y Centros…
No soy nadie, sólo un toxicómano recuperado después de 15 años de consumo de cocaína porque tuve un Centro que me dio una oportunidad y, el mismo derecho que tenéis a patalear, lo tengo yo para decir que creo en la caridad, en la ayuda y no en la deshumanización y el rencor y, sobre todo, en los retrógrados que aún no se han dado cuenta de que convivimos con esa lacra y de que hay que dar oportunidades a quien las padece y no estigmatizarlos y, sobre todo, agradecer que todavía haya Centros que continúen hacia adelante a pesar de las trabas y las faltas de subvenciones y lo peor de todo: la incomprensión del prójimo.
Me gustaría que alguien me contestara a todas estas preguntas y dudas que me corroen por dentro al ver esta noticia.
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Lorenzo Pastor Salarrullana.- Fernando, efectivamente tenemos una página en Facebook, una página web:  www.cesion.net, twitter, youtube, pinterest, pdfcast, mentalpage, whatsapp y todo los que ayude a parar las obras de este Centro de Remar. Y le voy a explicar por qué un barrio de familias jóvenes desafía a su propio sentimiento de solidaridad.
El centro se está erigiendo en un solar entre el C.E.I.P. Rosales del Canal y los columpios del barrio. Yo le voy a responder con unas cuantas preguntas también:
-¿No hay lugares más propicios para montar un centro de desintoxicación de drogodependientes que al lado de un colegio?.
- ¿Cómo en un barrio que no tenemos de nada, más que la tranquilidad de la calle para nuestros hijos, vamos a permitir eso?.
-¿Porqué no se ha escuchado las advertencias de los vecinos que llevan mostrando su desacuerdo durante años?.
Los mayores afectados por este centro van a ser nuestros hijos. Más de 1.000 de edades hasta cuatro años. El centro tiene capacidad para 2.500  personas y muchos profesionales dicen que va a pertenecer a una secta:
-¿A quién cree usted que estamos protegiendo: a nosotros los padres o a nuestros hijos?.
Si fuera padre de dos hijos y no tuvieran, ellos, otro lugar donde expandirse que la calle, porque no tenemos de nada:
-¿permitiría usted que a 60 metros de los columpios, a 100 del colegio y a 50 de donde irá el instituto pusieran un centro para drogodependientes?.
Todos sabemos que en el momento que se pone un centro de este tipo aparecen “camellos” que quieren que los que se están rehabilitando vuelvan a caer en la tentación. ¿Qué le parece este asunto?
No somos más que muchas familias preocupadísimas por la influencia que este centro y lo que le rodea pueda ejercer sobre nuestros hijos.  No vamos a dejar que este centro se instale aquí. Es la sociedad la que tiene que ser solidarios con nosotros. ¿Por qué tiene que ser un niño solidario con la drogodependencia? Pongan el centro al lado de mi trabajo, en la Expo, en los juzgados que vana quedar desiertos al crear la ciudad de la justicia. Pero no lo pongan en el barrio con más natalidad de Aragón, por no decir de España que, para colmar el vaso, no tiene ni médico, ni farmacia, ni centro cívico, ni ludoteca, ni guarderías públicas, ni biblioteca, ni centro deportivo, ni parroquia. Sólo tenemos dos líneas de autobús que hacen un gran rodeo y un buzón.
No se trata de solidaridad. Como ve somos muy solidarios: pagamos impuestos y recibimos muy poco a cambio. Se trata de proteger a nuestros hijos que no tienen culpa ni de drogas, ni de vicios, ni de política, ni de dinero,… Sólo necesitan seguridad. Y sus padres están luchando para dársela.

1 comentario:

  1. INCREÍBLE LA SOCIEDAD , SIGUE ESTIGMATIZANDO AL ENFERMO DE ADICCIONES,QUE HIPOCRITA SOMOS Y QUE RÁPIDOS CORREMOS A PEDIR AYUDA CUANDO ALGÚN FAMILIAR O CONOCIDO CAE PRESO DE ESA ENFERMEDAD.
    LA DOBLE MORAL Y EN EL SIGLOXXI.
    Fernando Reyes Crespo.

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