miércoles, 5 de noviembre de 2014

REFLEXIONEMOS. A PARTIR DE UN CASO REAL.


   
"http://drogas-no-gracias.blogspot.com/"

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FERNANDO REYES       
"Un día mi esposa estaba lavando los platos y se cortó la mano con un vaso roto. Se hizo un tajo profundo y tenía que ir al hospital. Me dio un ataque yo tenía que ir a las casa de apuestas de las carreras, ¡cómo se atreve a hacerme esto!. Me las ingenié para que un vecino la llevara a la sala de urgencias con el pretexto de que yo no podía lograr arrancar el coche. En cuanto se perdieron de vista, me fui a las carreras."
"Después de tener relaciones sexuales con prostitutas me decía: "Se acabó. Estoy asqueado. Ya he tenido bastante. Ésta vez es la última. Eso decía hasta la próxima vez. La voluntad no sirve para nada en éstos casos. De hecho es el enemigo. No da resultado. Si la voluntad sirviera de algo, nadie sería sexo maníaco, ni alcohólico, ni ninguna otra cosa así."
"Tenía un gran anhelo de ser aceptado y no entendía por qué se burlaban de mí. Me afligía mucho. Y eso hacía reforzar el escape a través de la masturbación. Había algo en el hecho de mirar mujeres desnudas, una sensación de vínculo que me hacía sentir querido. Es difícil de explicar."
"Me cuesta decir cuáles son las cosas más importantes que he obtenido de la liberación, pero una de ellas es la libertad: estoy libre de temores, de la inseguridad en mí misma, libre de la necesidad de controlar, libre de la reconcentración, y tengo la libertad que viene de aceptar que no soy sino un ser humano, que tendré los mismos problemas que todos los demás y que puedo afrontarlos igual que ellos"
"Me siento libre. No sabía quién era cuando usaba la droga. Tenía una imagen. Tenía que usar cocaína para mantener esa imagen. Ahora estoy descubriendo quién soy realmente. Estoy despojándome de la máscara, y eso me da una enorme sensación de libertad y de descubrimiento. Uno de los cambios principales es que ahora acepto responsabilidades, mientras que antes me pasaba la vida eludiéndolas. Ahora es estimulante aceptar responsabilidades"
"No comencé en esto como cualquier otro joven, pillando un gramito entre varios. La primera vez la probé con una pareja de amigos mayores que ya eran cocainómanos, y consumíamos directamente al menos cinco gramos, una cantidad muy elevada. Hay personas que son adictas durante años y no toman más de un gramo diario. Aparentemente hacía la vida normal para una chica de esa edad, pero la nieve ya me había atrapado. Hay dos maneras de estar enganchado a la cocaína. La puedes tomar con alcohol, bebes mucho y te pones rulos para contrarrestar la borrachera. Pero a mí me gustaba justo lo contrario, yo bebía para bajar el subidón de la cocaína. Bebía porque consumía cocaína, no consumía por beber. Como también por esa época empecé a trabajar por la noche en discotecas, en cuestión de tres horas me podía acabar una botella de whisky, de ron o lo que fuera. Luego otra, y otra… En realidad, me convertí en lo que los médicos llaman una politoxicómana: porros, pastillas, mucho alcohol… Pero tan sólo he desarrollado dependencia a la cocaína. . Cuando reflexiono sobre lo que viví esos días, meses y años, llego a la conclusión de que estaba anulada de sentimientos. Me di cuenta de la gravedad de mi situación cuando me quedé embarazada. Creía que controlaba mi adicción, pero no era así. Me seguía poniendo, en contra de mi voluntad. No era capaz de parar, ni tan siquiera por mi hijo. Y eso que mis padres nunca me han regañado, siempre han querido razonar conmigo, explicarme en qué infierno me estaba metiendo. A ellos les ha costado muchísimo entender que tienen una hija cocainómana. Que lo que padezco es una enfermedad, una dependencia. Te puedes encerrar dos días enteros en tu casa, o en un hotel. Lo decides después de haber tomado un par de copas y deseas ponerte sólo de perico. Las primeras veces lo haces en compañía, pero luego te empieza a dar vergüenza y te vuelves muy egoísta. Te vas aislando de todo. Al final eres tú y la coca. Ya no quieres amigos, y ya no tienes familia. Es muy difícil olvidarte de la coca, porque cuando tienes hambre comes, cuando quieres sexo lo buscas con tu pareja. Es agotador luchar contra ella, es una guerra continua. Aunque dejes de consumir, la droga va a estar siempre en ese departamento, durante toda tu vida…muchos creen que está rodeada de glamour. En los últimos tiempos, yo acudía a comprarla al poblado de Las Barranquillas, en un suburbio de Madrid, que se ha convertido en el mayor supermercado de droga de Europa. Allí puedes conseguir una micra, la décima parte de un gramo, por cinco euros. La cocaína ha bajado de precio, mientras que la heroína ha subido. El gramo cuesta en la calle 60 euros, la mitad que hace ?0 años. En España es barata y muy buena, puede llegar al 60% de pureza. En las peores rachas, era capaz de gastarme el equivalente a 6.000 euros al mes, aunque había quien se gastaba hasta 9.000. Esto es habitual entre los que se enganchan. Hay ejecutivos que se endeudan y terminan arruinándose. El dinero se va muy fácil. El peor momento llega cuando ya no te hace efecto. El subidón es muy fuerte, pero también fugaz. Puedes pasarte tres días consumiendo sin comer ni dormir. La droga te mantiene despierto, pero no sientes nada más que desesperación. Y no tardan en llegar las alucinaciones. Puedes estar encerrada en tu casa, con las persianas bajadas, y creer que de pronto quieren irrumpir por las ventanas personas persiguiéndote con cámaras para ver cómo te drogas. Últimamente ya no obtenía placer, no te lo pasas bien. Te empiezas a volver loca. Ves sombras, oyes voces, estás llena de calambres. Experimentas manías persecutorias, piensas que tus amigos están hablando de ti a tus espaldas, que tu propia familia va en contra de ti. Vives en tu mundo, encerrado en él… Uno de mis conocidos llegó a ver a grupos de policías, con el uniforme de los geos, haciendo rápel por su edificio para sorprenderle… Algo absurdo, pero que nosotros en ese momento creemos que es completamente real. Llevo ya tres meses en esta clínica y mañana es mi último día. Necesitaba estar un tiempo encerrada en un sitio así, sin poder salir a la calle, y pasar el mono. El periodo de deshabituación de la cocaína se sufre a nivel psicológico, más que físico. Nadie puede imaginarse con qué fuerza te apetece probarla de nuevo.
Una vez pasados los primeros días, que son durísimos, empiezas a salir los fines de semana. Vas feliz a reencontrarte con tu familia, en mi caso también con mi hijo. Y te das cuenta de lo mal que lo han pasado, del tremendo daño que he ocasionado a mis padres y que antes era absolutamente incapaz de percibir y comprender. No veía nada más que a mí misma. Pero lo peor que puedes hacer es pensar que estás curado y, cuando vuelvas a la calle, pegarte un homenaje, como llamamos a los grandes consumos de perico. Soy una dependiente, y enseguida puedo volver a caer. Así que cero homenajes, cero pensar que estoy curada. Debo aprender a estar en la vida sabiendo que soy una toxicómana. La gente que nos ayuda aquí, en la clínica, nos aconseja que tengamos proyectos a corto plazo, que no hagamos grandes planes porque si no la frustración puede ser mayor. Yo creo que me diré a mí misma: "Esta semana no voy a consumir". Lo que haga a la semana siguiente ya se verá. Como comenta uno de mis compañeros de terapia, nuestro carácter no nos permite estar sentados en una terracita tomando una Coca-Cola. Somos demasiado impulsivos, tenemos que volver a nacer. ¿Sabré aburrirme, sabré estar sola, y encima con dinero en el bolsillo…? Y siempre con esos miedos en la cabeza, torturándote, sobre todo el de volver a defraudar a la gente que ha apostado por ti Cuando cualquier cosa de la vida cotidiana te la recuerde, como una segunda copa, o hasta un folio blanco un poco doblado que veas al abrir un cajón, algo en ese departamento se va a encender y tu cabeza te la va a pedir inmediatamente. La verdad es que tengo mucho miedo a salir de aquí".


Veamos los principales puntos de un tratamiento cognitivo conductual que es el que más se amolda al modo de creer cristiano y el que más resultados positivos ha cosechado:
a) Querer no es poder. Pensamiento fundamental en todo el proceso. Nadie quiere ser adicto, se trata de una enfermedad crónica y progresiva. No se es responsable de eso, sí de la recuperación pero no de caer enfermo. Si nos enfrentamos a la sustancia con el sínodo de "querer" a toda costa perderemos, nunca podremos vencer de esa manera. Está demostrado, se hunde mucho más el adicto al encontrar el sentimiento de vergüenza, de culpa y las atrocidades que se llegan a realizar en nombre de la sustancia. No es posible enfrentar desde esa perspectiva. Nada tiene que ver, es un engaño. Todo adicto quiere cambiar su situación, se parte de esa premisa. La voluntad de momento tiene muy poco que hacer.

b) El tratamiento debe estar adaptado a cada paciente de forma personalizada. La droga afecta de forma diferente a cada individuo aunque existan patrones comunes. Cada persona es única y debe trabajar de forma individual

c) No importa la cantidad de consumo o la frecuencia del mismo para determinar el grado de adicción y la manera de trabajar sino la obsesión (no sólo de consumir, también por la recuperación) y la pérdida dela voluntad y el juicio. Ese es el elemento clave para tratar la enfermedad

d) Potenciar la escasa motivación inicial que irá en aumento a medida que el paciente recobre su propia vida y perciba "la nube rosada" de la abstinencia

e) Debe entender emocionalmente que su cerebro está sensibilizado y que nunca podrá volver a consumir cocaína sin perder el control o sin experimentar desagradables consecuencias, aunque lleve un tiempo prolongado de abstinencia y crea que ya está todo solucionado.

f) Debe creer en el tratamiento a corto y largo plazo

g) El tratamiento debe estar bien estructurado por etapas y fases en el tiempo.

h) La abstinencia debe ser total desde el primer día,
esto no siempre se creyó así, pero ahora está demostrado que no se puede graduar el consumo para solucionar el problema ni suministrar antagonismos de la cocaína. Es cierto que en casos de heroína, la metadona cumple su función, pero es un opiáceo, y no funciona con la cocaína.

i) La victoria sobre la adicción a la cocaína se encuentra en las recaídas. La solución está en la derrota. Entre el consumo y el adicto está la decisión. El tiempo de ese proceso puede ser casi automático al inicio en contra de la voluntad verdadera de no consumir, pero trabajando esa estructura de pensamiento se consigue prolongar el tiempo entre la decisión y el consumo con lo que el adicto puede incorporar ciertas estrategias para evitar el consumo. Eso lo enseña la recaída

j) Un nuevo estilo de vida, una nueva forma de pensar sin ningún alterador del estado de ánimo, sean sustancias o no. Evitar la reacción en cadena, el modo de pensar adictivo

k) La educación, el punto de apoyo de la familia es vital. El control externo y el control interno según sea el grado de necesidad o evolución del paciente

l) La reforma pro-salud en el momento oportuno es una gran ayuda

m) Uno es responsable de su propia recuperación y es una tarea muy estimulante que puede proporcionar al adicto una madurez que no tenía y capacitarlo para nuevas experiencias

n) Identificar y romper la cadena que lleva al consumo
y que empieza mucho antes de la primera raya y que son señales de alarma sumamente importantes en el proceso

o) Acciones específicas dentro del entorno y de las posibilidades del paciente. (No conducir sólo, acompañarle en todo momento, etc...)

p) Estrategias específicas según la evolución que se presente en el paciente.


Uno de los aspectos más importantes para comprender ésta terrible enfermedad consiste en asumir y entender el proceso de las recaídas. Es precisamente en ellas donde se encuentran las herramientas para la victoria. Se deben analizar, estudiar a fondo para extender el tiempo entre la decisión del consumo y el consumo. En ese proceso, existen claras llamadas de emergencia, avisos, que el adicto sólo descubre en la derrota. . Mucho antes de que el consumidor acceda a la sustancia se pueden descubrir los recursos para evitarlo. Realmente se vence construyendo una nueva forma de vivir y de pensar.
Veamos una tabla de posibles situaciones en las que se originan los primeros problemas. Es entonces, cuando debemos intervenir. La victoria empieza mucho antes de que aparezca el deseo de consumir. También para los que no son adictos pero experimentan problemas de otra índole, puede servirles, porque el mal estar adictivo, lo producen situaciones diferentes, por las que todos pasamos y no todos saben cómo se deben manejar las emociones.

Uno de los aspectos más importantes para comprender ésta terrible enfermedad consiste en asumir y entender el proceso de las recaídas. Es precisamente en ellas donde se encuentran las herramientas para la victoria. Se deben analizar, estudiar a fondo para extender el tiempo entre la decisión del consumo y el consumo. En ese proceso, existen claras llamadas de emergencia, avisos, que el adicto sólo descubre en la derrota. En la siguiente tabla se observan qué ocurre cuando realmente el consumo se va a iniciar. Mucho antes de que el consumidor acceda a la sustancia se pueden descubrir los recursos para evitarlo. Realmente se vence construyendo una nueva forma de vivir y de pensar.
Veamos una tabla de posibles situaciones en las que se originan los primeros problemas. Es entonces, cuando debemos intervenir. La victoria empieza mucho antes de que aparezca el deseo de consumir. También para los que no son adictos pero experimentan problemas de otra índole, puede servirles, porque el mal estar adictivo, lo producen situaciones diferentes, por las que todos pasamos y no todos saben cómo se deben manejar las emociones.
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