viernes, 25 de octubre de 2013

En las adicciones normalmente los familiares se ven desbordados


Kike Sanz                                 



En las adicciones normalmente los familiares se ven desbordados, pasan por varias etapas, desde la negación hasta la aceptación. Intentan lidiar con la problemática ellos solos, gestionar y comprender que está pasando y el problema reside ahí mismo, en que es muy difícil entender porque un adicto actúa como actúa, comportamientos erráticos, paranoicos y maniacos que son totalmente incompresibles desde el plano racional.

La familia quiere entender lo incomprensible, se deprimen, lloran y en muchas ocasiones se desquician ante situaciones que los desbordan totalmente y la única solución es buscar ayuda profesional, que pueda arrojar algo de luz a esa pesadilla en vida.

Igual que los adictos tienen muchas resistencias cuando inician el tratamiento, los familiares también tienen las suyas, les cuesta muchísimo aceptar, no todos pero la mayoría, que deben hacerse a un lado y dejar que el profesional actúe. Con toda su buena voluntad interfieren inconscientemente en el proceso y esto no hace más que darle vida a la propia enfermedad, pero es lógico, ellos también deben pasar por el proceso de asunción de la enfermedad, de lo que esta conlleva y de cómo se debe tratar desde su postura.

En alguna ocasión he hablado del famoso "amor duro" (podemos explicar el amor duro como algo así: Te quiero tanto que no puedo verte sufrir mas, así que, si quieres seguir matándote hazlo solo y sal de nuestra vida, pero si de verdad quieres ayuda aquí estamos. Se le llama "amor duro" al tipo de afecto que es más apropiado y útil en las relaciones con adictos que están en activo. Como familiares a veces el cariño puede evitar que pongamos límites adecuados para protegernos o para evitar colaborar con la conducta adictiva), algo que para un familiar es dificilísimo aplicar por los sentimientos de culpa, miedo y sensación de abandono que les produce aplicarlo, pero llegados a un punto en el que el enfermo está en situación caótica, en el que su enfermedad está en su máxima expresión y no es capaz de por sí solo rendirse y pedir ayuda, puede ser de gran utilidad para que propiciando ese cuello de embudo que se da al dejar al enfermo solo, en muchas ocasiones, sea el resorte que propicia que el adicto se vea tan solo que su única posibilidad, es pedir ayuda.

Cuando se vaya a actuar de la forma que sea con un adicto, antes hay que pensar muy bien lo que se va a hacer y decir, ya que sino somos consecuentes con ello, el mensaje que trasmitimos no es el adecuado. No es algo que se deba hacer a la ligera, sino con la supervisión de un profesional y siempre y cuando se haya evaluado la situación.

Una adicción necesita limites, el “amor duro” no es más que eso, un intento de limitar la movilidad de la misma y proponer un cambio en la vida del enfermo 




Adicc2u - Valencia, Spain

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