viernes, 19 de abril de 2013

Los jóvenes que ni estudian ni trabajan son el colectivo más proclive al consumo de drogas


Uno de cada cuatro jóvenes encuentra muchas ventajas en el consumo de drogas.

chicos escalera
Los jóvenes que han abandonado de manera prematura sus estudios y que además no tienen un puesto de trabajo, son el colectivo más proclive al consumo de drogas.
Es una de las principales conclusiones que se extraen de la investigación “Mismas drogas, distintos riesgos. Un ensayo de tipología de jóvenes consumidores”.  Estudio realizado por la FAD (Fundación de Ayuda contra la Drogadicción), Obra Social Caja Madrid y la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas.
La investigación analiza, entre otras cosas, los diferentes perfiles de consumo de drogas que realizan los jóvenes de entre 18 y 25 años.
El deseo de integración y de experimentar, dos de los factores que más empujan a consumir.
 Uno de los factores más importantes a la hora de consumir es el deseo de experimentar nuevas sensaciones y experiencias. Además, el deseo de integración juega un papel fundamental entre los jóvenes que consumen habitualmente alcohol y cannabis. Se consume, en parte, para ser “normal”, para pertenecer al “grupo”.
La investigación también pone de relieve que los hombres son más proclives que las mujeres al consumo habitual y arriesgado. La amistad, la familia y la libertad son los valores que más alto puntúan entre los jóvenes consumidores. Primando en algunas casos la libertad por encima de la amistad y la familia. Además, los elementos relacionados con el disfrute y el hedonismo (sexo, tiempo libre y ocio), se encuentran entre los más valorados por los jóvenes consumidores, que además relativizan todos aquellos elementos relacionados con la salud o los riesgos que afectan a la misma.
Una cuarta parte de los jóvenes considera que el consumo de drogas no les ha causado ningún daño.
 Un 34% de los jóvenes consumidores encuestados considera que el consumo de drogas no les está causando ningún daño.  Por otro lado, más de un 28%  reconoce  haber tenido problemas económicos derivados de su consumo, seguidos por un 19% que ha detectado problemas familiares, un 16% problemas de salud, un 14% problemas con la pareja y un 10% problemas legales.
Los estudios y la ocupación son dos factores fundamentales. Quienes no estudian ni trabajan reconocen más problemas derivados del consumo de drogas que los que lo hacen. Cuanto más superior es la formación, menos problemas se reconocen. Llama la atención que los encuestados consideran que tendrán más problemas derivados de su consumo en el futuro,  pero eso no les lleva a abandonar su consumo.
Uno de cada cuatro encuestados encuentra muchas ventajas en su consumo.
La visión de los jóvenes sobre los problemas del consumo de drogas es relativamente benévola, uno de cada cuatro encuestados encuentran muchas ventajas en consumir,  frente a un 38% que considera que consumir tiene pocas o ninguna ventaja.  
Por otro lado, más de la mitad de los encuestados considera que se pueden consumir drogas pero que hay que tener cuidado. Además, un 40% considera que consumir conlleva un riesgo como todo lo que merece la pena en la vida o que los riesgos del consumo se pueden controlar, y que en la vida hay que probar de todo, incluso las drogas. En el otro extremo se encuentran los que consideran que el consumo de drogas tiene demasiados riesgos por lo que es importante evitarlas.
Por lo tanto, las posturas fundamentales respecto al consumo de drogas son tres.
Un grupo de casi un 30%, despreocupados, pasotas, que van aplazado sus responsabilidades y aceptan los riesgos de las drogas. Son los consumidores de drogas menos normalizadas (cocaína, éxtasis, anfetaminas…). Representan a los jóvenes que ni estudian ni trabajan y son los que más problemas experimentan.
El segundo grupo son los jóvenes con tendencia a aceptar el riesgo y aglutinan a un 32% de la muestra. Personas que defienden valores como la experimentación, el disfrute y la libertad. Además, creen en la posibilidad de control, en el “buen uso” y realizan un consumo variado, de “picoteo”. En este grupo se encuentran los jóvenes con estudios superiores.
El tercer y último grupo se compone de jóvenes precavidos (38,4%). Jóvenes que hacen un uso fundamental del cannabis y alcohol, sustancias más normalizadas. Se trata de un grupo más interesado por el colectivo, los valores normativos e integradores. Son el grupo que destaca mayoritariamente que su consumo no les provoca ningún problema.
El desafío que pone de relieve este estudio es la necesidad de articular diferentes estrategias de prevención de los consumos de drogas

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