Los celos son una emoción. Esto quiere decir que con las características de las emociones, ellos nos atrapan y no podemos evitarlos.
Lo que sí podemos hacer es elegir el estado de ánimo que continúa a esa emoción.
Cuando elegís tu estado de ánimo, lo hacés como consecuencia de una reflexión y es en ella, donde –cada vez que los celos te asalten- podrás reforzar la respuesta elegida para que a medida que avances en la práctica, sea cada vez más ágil esa elección. Poquito a poco, vas a lograr además, que cuando te asalte la emoción, estés en ella pocos segundos porque tu poder de raciocinio vendrá rápidamente a asistirte con todos sus argumentos.
Ahora bien ¿Qué estado de ánimo vas a elegir? ¿Uno que te mantenga alterado e irascible, o uno que te traiga paz?
Quizás te ayude en tu elección, saber que los celos provienen de una baja autoestima y de la falta de seguridad en vos mismo. Así de claro.
Entonces… ¿Qué podés hacer?
Una primera medida será trabajar tu autoestima para sentirte cada vez, más seguro, y si además elegís un estado de ánimo que te traiga paz…estarás ganando la batalla a tus celos y creciendo en tu transformación personal.
Lo dicho es para todo tipo de relaciones, desde una de pareja a una de trabajo y aquí hay que tener en cuenta que falta confianza.
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