Escribo porque tengo la necesidad de dar a conocer una pesadilla que
empezó a mis 33 años y duro 15 años, el principio fue como tantos otros no
tener miedo a nada y probar. Y desde ese primer momento comenzó una
terrible batalla donde todo son victimas, donde crees que controlas y te controlan
a ti, donde nunca te puede faltar la munición para seguir vivo y peleando,
donde te empiezas creyendo que estas por encima de todo y todos, porque eres trasgresor
y has traspasado una delgada línea y te has pasado al otro lado, donde solo
están los fuertes, duros y valientes, y no te importa nadie, solo tu, donde
valen todo tipos de artimañas para seguir en la brecha, donde ves aliados
y te rodeas de ellos y a la larga les veras como simples
carroñeros que te alientan en tu guerra para alimentarse de tus miserias, para
enriquecerse ellos, vives sin darte cuenta que vives y lo mas triste de ello,
es que cada día que continuas en esa batalla tus fuerzas se van mermando y
mermando, y en algunos casos puede costarte la vida.
Lo que empezó como una guerra en donde te creías el mejor,
empieza a ser con el tiempo una lucha por subsistir y donde, poco a poco, te
vas quedando solo y aislado, solamente sobrevuelan a tu alrededor los buitres y
cuervos esperando tu caída para poder dedicarse a otra víctima que, en su día,
también se creían los mejores guerreros de una batalla que de antemano esta
perdida y que se llama DROGA. Soy un superviviente que ahora hace dos años que
enarboló la bandera blanca y se rindió para poder vivir y que después de haber
perdido todo, poco a poco, y siempre, con miedo de no volver a las trincheras,
va recuperándose de las heridas y que también se da cuenta que su mayor
victoria ha sido decir ¡basta! y que ahora, su guerra es que los demás sigan su
ejemplo y no quieran jugar a soldaditos en un conflicto muy cruel que se
llama drogodependencia. Ahora se que después de esos 15 años existe
un vacío que poco a poco intentare ir rellenando .
Ahora si soy LIBRE y mi verdadera batalla es vivir
y sentir la vida, y a pesar de mis 50 años, también tengo derecho a volver al
otro lado de esa línea que un día no debí cruzar. No encendáis la mecha de algo
que simplemente se tiene que quedar hay, no encendáis la mecha de algo que
acabará explotándoos en las manos, esa no es nuestra guerra y no os
interesa, sed fuertes y valientes para decir “no” y seguir
vuestro camino, os lo digo yo, con todo el derecho que me da la experiencia de
haber pasado 15 largos y destructivos años, yo si sé lo que es esto y aunque
suene extraño puedo opinar porque soy un superviviente y lo puedo contar. De
verdad esa guerra no nos incumbe.
FERNANDO REYES CRESPO
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