lunes, 19 de diciembre de 2016

El enfermo alcohólico no se cura nunca,

El enfermo alcohólico no se cura nunca, pero su calidad de vida y su salud están determinadas por no beber una gota de alcohol:
Cuando una persona padece de esta enfermedad, se caracteriza por su dependencia emocional hacia el alcohol, pues piensa que con alguna bebida embriagante se siente mejor, tiene más confianza en sí mismo, se vuelve más eufórico, aunque después de beber por algunas horas, en muchas ocasiones, produce un efecto contrario, pues la persona puede hundirse en la depresión presentando cuadros críticos de tristeza y melancolía.
Un síntoma que habrá que tener muy en cuenta, es cuando su principal preocupación, es que a donde vaya o conviva, siempre haya bebidas alcohólicas. Al principio el enfermo alcohólico puede mostrar una alta tolerancia al consumo de este tipo de bebidas, pero conforme pasa el tiempo su salud y su memoria lo traicionan, puede perder todo sentido de su persona, su familia, su entorno y depender exclusivamente de las bebidas alcohólicas y toma continuamente para evitar el síndrome de la abstinencia.
De acuerdo a datos estadísticos mundiales, el problema del alcoholismo se agudizó a partir de las dos últimas décadas del siglo XX, particularmente en las llamadas naciones de occidente, tanta las consideradas de primer mundo, como las naciones en vías de desarrollo. Quienes padecen esta enfermedad saben que los alcohólicos beben por evadir problemas, por querer buscar una forma de escapar de su realidad.
El tratamiento de las personas con una adicción al alcohol empieza por el reconocimiento del problema. El alcoholismo está asociado con la negación, lo que permite al paciente creer que no necesita tratamiento. La mayoría de las personas con una dependencia del alcohol acceden al tratamiento bajo presión de otros. Es muy rara la aceptación voluntaria de la necesidad de tratamiento. Una vez que ha reconocido el problema, la abstinencia del alcohol es el único tratamiento. Además se pueden dar programas de soporte, rehabilitación, seguimiento etc. También suele ser necesario el tratamiento de la familia, porque el alcoholismo crea víctimas entre la gente allegada.
El enfermo alcohólico no se cura nunca, pero su calidad de vida y su salud están determinadas por no beber una gota de alcohol, desempeñando un papel muy importante la labor educativa a pacientes y familiares, en cuanto a la enseñanza de los efectos dañinos del alcohol y sus consecuencias, para evitar recaídas, y la atención directa del médico de familia.


La imagen puede contener: texto

No hay comentarios:

Publicar un comentario