Fernando Antonio Reyes Crespo

Grupos Autoayuda:
Un grupo de autoayuda es un conjunto de personas que tienen un problema común y buscan mejores formas de manejar su situación, hablando entre sí y ofreciéndose apoyo. Con reglas claras que lo hace un lugar especialmente apropiado para escuchar con toda atención y para expresarse con la confianza del respeto y resguardo de todo asunto personal que se comenta, el grupo de autoayuda se hace un medio poderoso y constructivo para que las personas se ayuden al participar.
A lo largo de la vida del grupo se genera una manera de pensar y una forma de hacerle frente a la problemática específica que se aborda, mediante ideas, formas de respuesta y todo lo que se ha ido encontrando en común. Se construye así un medio social especializado, para que cada uno pueda aprender, al compartir abierta y libremente todo lo relacionado con una misma situación de vida.
Por el carácter personal de lo que se llega a tratar, se establece un acuerdo de cuidado mutuo. Lo que se dice en el grupo, se queda en el grupo. Pero lo que se aprende, sin detalles personales, es necesario compartirlo y difundirlo. Este acuerdo de secreto y resguardo frecuentemente es nombrado anonimato. Implica un pacto o contrato con el que cada nuevo integrante se compromete a reservarse todos los detalles personales de lo que los otros comparten. Es posible así generar una situación de respeto para que todos puedan hablar libremente. Es mediante este acuerdo que se hace posible la ayuda mutua en el grupo de autoayuda.
En el grupo de autoayuda, los participantes narran sus vivencias y describen lo que les ha sido útil. Para lograr soluciones y un cambio personal, se comparten asuntos propios del tema que en el grupo se trabaja, pero también todo lo relacionado y necesario de hablar y trabajar. Se dice que hay que repasar y hablar los problemas del uno al mil y luego del mil al uno, hasta ver y reconocer su fondo, cambiar su sentido y así encontrar el propio camino.
Cada quien habla todo lo que necesita aclarar para sí, y esto se hace útil para otros. Hay la oportunidad de escuchar con atención, para reconocerse y transformarse. Las experiencias que se narran pueden abrirles caminos a otros. Es entonces que se encuentra apoyo, sin las desventajas de la crítica, la valoración moral y los consejos. Quien habla lo hace para sí mismo. Quien escucha toma lo que le sirve solamente.
A esto se le dice autoayuda, porque cada integrante tiene un compromiso personal con su propio proceso. Al acudir asume un papel activo en la superación de su situación de vida. Pero siendo en grupo, se trata de un espacio social para aprender y ejercitar formas de ser y actuar. Los participantes ponen al centro su propia experiencia, como materia prima para el trabajo. Se ejercitan ahí modos de relacionarse socialmente, para manejarse mejor internamente y en la vida social, con respecto de una situación o problema común. Por este motivo el proceso es de ayuda mutua.
Cada grupo define reglas y características propias y específicas, mismas que enfocan la actividad hacia una misma tarea y objetivos. Se buscan lugares y horarios de reunión convenientes.
Gradualmente, se establece una filosofía y forma de trabajo propia. Esto suele conocerse como la "autonomía" del grupo. Las normas se difunden mediante consignas, frases e ideas que se repiten, especialmente a los integrantes de reciente ingreso.
Una tarea constante en todo grupo de autoayuda es buscar nuevos integrantes. Siendo permanente y sin fecha de terminación, el ingreso de nuevos participantes es esencial para su funcionamiento, además de ser el motivo por el que existe. Son quienes van llegando que renuevan la actividad productiva y constructiva. Hacen revivir el trabajo con respecto a la tarea y tema del grupo. Por eso algunos participantes se encargan especial y cuidadosamente de recibir e informar a cada nuevo integrante o persona interesada.
Lo óptimo es contar con un espacio de reunión gratuito, sin sacrificar la autonomía e independencia del grupo. Como un servicio para la comunidad, empresas y escuelas llegan a facilitar espacios de reunión, cuando se trata un grupo de autoayuda. Para solicitar un espacio de reunión, es importante indicar con claridad cada cuándo, y durante cuanto tiempo se reúne el grupo; sus características y objetivos; el número esperado de participantes; etcétera.
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