martes, 9 de diciembre de 2014

Trabajando la culpa:

Jason Morera
Es una premisa con la que debemos vivir. Nadie es perfecto, y por tanto, habrá multitud momentos de nuestra vida donde cometamos todo tipo de errores, algunos más graves que otros. ¿Significa esto que tengamos que martirizarnos y flagelarnos ante cualquier adversidad? Nada más lejos de realidad. Cuando erremos, lo mejor es buscar una solución a lo ocurrido y después aprender del error que así no vuelva ocurrir.
Sin embargo, muchas veces la sociedad ‘nos impone’ que la culpa siempre tiene que recaer en alguien, independientemente de lo ocurrido o las partes implicadas. ¿Cuándo nos ocurre esto no sabemos cómo trabajar este sentimiento de culpa? Pues a través de las siguientes líneas vamos a ver una serie de pautas para que lo trabajemos mejor:
No siempre hay culpables
En muchas ocasiones, el centro de discusión se centra para averiguar quién ha tenido la culpa. Sin embargo, es importante darse cuenta que a veces las cosas ocurren sin más y que de nada sirve intentar buscar un culpable. Cuando cometamos un error, lo mejor es aceptarlo, buscarle una solución (si es que la tiene) e intentar que no vuelva a ocurrir.
Debemos ser consecuentes con nuestros actos
Habrá veces que tomemos la decisión que tomemos, siempre habrá una consecuencia negativa, sobre todo si hay otras personas implicadas. ¿Y qué hacemos entonces ante esta situación? Pues no queda otra que elegir la que mejor nos convenga y menos dañe a los demás. Habrá que elegirla con todo lo que implique después, pero esto forma parte de nuestras vidas, donde las decisiones más difíciles no tendrán vuelta atrás.
No podemos estar al tanto de todo
Es muy fácil que cuando cometemos un error, nos echemos toda la culpa alegando: “Ay si no lo hubiera hecho así”. Porque actue de esa forma , si me hubiera quedado callado si no hubiera tomado esa desicion .Sin embargo, somos personas con nuestros defectos, virtudes y por tanto de nada sirve flagelarse sobre algo del que teníamos pleno desconocimiento o que teníamos el conocimiento pero en un momento que se estuvo fuera de control y no se supo manejar lo que sentíamos y por eso se cometió el error.
Es imposible contentar a todo el mundo
Cuando hacemos algo por alguien, quizás a otra persona no le guste tanto lo que estamos haciendo. Es importante concienciarse de que siempre habrá situaciones donde será imposible contentar a todo el mundo. Cuando antes nos concienciemos de esto, más libre nos sentiremos y por tanto el sentimiento de culpa será mucho menor.
Los demás también cometen errores
Antes de empezar cualquier riña para averiguar quién ha tenido la culpa, lo mejor es pararse y preguntarnos lo siguiente: ¿Lo ocurrido nos podría haber pasado a nosotros? Si la respuesta es positiva, pues simplemente hay que achacarlo a que todas las personas cometemos errores. No pasa nada si la otra persona lo admite y te pide perdón. Por tanto, en vez de centrarse en el quién, lo mejor es pasar página.
Este texto no se puede aplicar a todo, y a veces habrá relaciones que se vayan a pique por un desliz de una persona. Pero primero tenemos que cuidar de nosotros mismos no de forma egocentrica si no sabiendo que en la medida que cuide mi forma de conducirme en la vida Así cuidaré de las situaciones donde falle y luego me generen culpa.
Conclusión: 
En el proceso de recuperación y en la vida misma es imposible no fallar, en recuperación los errores que se cometen pueden ser detonantes para la ingobernabilidad interna sin embargó hay una herramienta que se puede utilizar para trabajar con los fallos algo tan sencillo que es aprender del error analizar la falla y modificar la conducta para no sentirse culpable cometiendo el mismo error esperando un resultado diferente, algo que la literatura llama locura. Hay 2 formas de ver las cosas o fallo para crecer o fallo y me dejo llevar por la culpa el egocentrismo y sigo haciendo lo mismo esperando que el resultado sea diferente . Felices 24.

No hay comentarios:

Publicar un comentario