Como sanar la envidia
La envidia es el dolor que nos causa el bienestar de otro. Cuando envidiamos, deseamos tener lo que otro tiene mientras sentimos que a nosotros nos falta. La envidia nace de una percepción de escasez, acompañada de sentimientos de impotencia. El que envidia cree que no es capaz de obtener lo que el otro tiene. La cura para la envidia es el sentimiento de plenitud y el conocimiento de que se puede lograr lo que se quiere.
Cuando llegué al programa de Doce Pasos era un envidioso. Pensaba, “el mundo ha sido injusto conmigo” y, cuando otro tenía lo que yo creía merecer, culpaba a las circunstancias. Me sentía siempre mal contemplando todo lo que me faltaba y lo que otros tenían. En ningún momento me pregunté, qué los otros habían hecho para lograr obtener lo que yo tanto deseaba. Tampoco me planteé qué yo tenía que hacer para lograrlo. En cierto modo, sin darme cuenta, esperaba que por magia todo llegara a mis manos y me molestaba que no sucediera así.
Trabajando los Doce Pasos descubrí que yo tenía un problema interior, de actitudes equivocadas, que deseaba sanar con cosas exteriores, cuando lo que correspondía era cambiar mi forma de ser. Así observé mis actitudes por primera vez en mi vida. Entonces, comencé a ver en mi cosas muy feas (los llamados defectos de carácter ), siendo la envidia una de ellas.
Verme como un envidioso fue repugnante y vergonzoso. Por eso, decidí no mirar lo que otros tenían, menos aún juzgarlos, y en vez, concentrarme en lo que yo quería y, en cómo lograrlo. Así, poco a poco, obtuve pequeños éxitos y logré algunos sueños que siempre tuve. En este proceso descubí además, que para alcanzar mis metas era indispensable pedir ayuda a otros que ya antes habían logrado lo que yo deseaba y, que en vez de envidiar, era más provechoso admirar y humildemente, pedir consejo y seguirlo.
Si analizo este proceso, encuentro que esto fue lo que hice para deshacerme de la envidia:
- Dejé de estar pendiente a otros.
- Identifiqué mis objetivos.
- Hice un plan para lograrlos
- Tomé acciones para alcanzarlos.
- Convertí en mentores, a quienes habían logrado lo que yo deseaba.
En fin, preocúpate por lo que deseas y no por lo que otro tiene. Observa y cuida de lo que siembras pues esa será tu cosecha. Admira a quien ha tenido la disciplina y el tesón para lograr sus metas y síguelo, en vez de perder el tiempo en la envidia.
Imagen por” Gabriel S. Delgado C. Editada.
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