La rendición activa, cooperando con el Poder Superior en el Séptimo Paso
Cuando entregamos defectos de carácter a nuestro Poder Superior aplicamos nuestra voluntad para enmendar nuestra forma de actuar. Al igual que cuando nos rendimos ante nuestra enfermedad en el Primer Paso, e hicimos muchísimos cambios en nuestra vida, así mismo en en Séptimo Paso nuestra rendición es activa y requiere de acción decidida.
En el Segundo Paso comenzamos a creer y en el Tercer Paso decidimos poner nuestra vida y voluntad en manos de un Poder Superior. En el Cuarto Pasohicimos un inventario detallado y en el Quinto Paso lo compartimos ante otro ser humano. En el Sexto Paso estuvimos dispuestos y en el Séptimoentregamos nuestros defectos a un Poder Superior. En todos los pasos se requiere nuestra acción: nos rendimos para actuar.
Cuando en el Séptimo Paso ponemos los defectos en manos de nuestro Poder Superior no nos sentamos pasivamente a esperar que el milagro suceda. En el Séptimo Paso cooperamos con nuestro Poder Superior al cambiar nuestra forma de actuar ejercitando nuestra voluntad con su ayuda.
Es similar a cuando admitimos nuestra impotencia en el Primer Paso. Entonces, abandonamos nuestras dependencias, asistimos a reuniones, dejamos de “medicarnos” y cambiamos lugares, personas y cosas e iniciamos el trabajo de los Doce Pasos. No fue taréa fácil pero lo hicimos actuando diferente.
En el Séptimo Paso tratamos de alinear nuestros actos con los nuevos Principios Espirituales aprendidos en el Programa de Doce Pasos. Tenemosuna visión y un propósito en recuperación y tratamos de amoldar nuestro comportamiento a esa vida nueva. Tratamos de ser más honestos mientras pedimos se nos remueva la deshonestidad; abiertos a nuevas ideas mientras pedimos se nos remueva la terquedad; valientes mientras pedimos que se nos remueva el miedo y así defecto tras defecto.
No sabemos que defectos el Poder Superior removerá. Algunos desaparecerán inmediatamente, otros permanecerán. Todo lo aceptamos como expresión de la voluntad del Poder Superior reconociendo sin embargo que no quedamos relevados de nuestra responsabilidad al practicar esos defectos. Por eso seguimos tratando de mejorar y actuamos utilizando los Principios Espiritualesmientras continuamos orando porque se nos remuevan los defectos.
Esa es una tarea para toda la vida. Así practicamos la humildad: demostrando una gran disposisión para cambiar mientras reconocemos que el poder de cambiarnos le pertenece a otro.
Imagen original por: Deanna Wardin Editada
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