martes, 12 de agosto de 2014

3 situaciones peligrosas que afrontar cuando estás bien

3 situaciones peligrosas que afrontar cuando estás bien

cubrir-necesidades
La semana pasada os hablé de los 7 factores que se produjeron en mí para provocar un cambio en mi vida. También terminé el artículo contándote que hoy te hablaría de los 3 peligros que se dieron al producirse, paradójicamente, este cambio tan positivo. Y como lo prometido es deuda, allá voy ;-)

INESTABILIDAD EMOCIONAL

Lo que me lleva a la pérdida de hábitos y rutinas. Y es que en mi caso así ha sido. A pesar de estar avanzado el tratamiento, o incluso haber finalizado este, debo reconocer que en ocasiones pueden darse situaciones que provoquen que emocionalmente me desestabilice.
Con desestabilizarme emocionalmente quiero decir que, puede darse un suceso negativo, llevándome al malestar, siendo este uno de mis talones de Aquiles, provocando que me encuentre removido.
Hasta aquí se podría decir que esto le puede ocurrir a cualquiera, y así es, pero en mi caso el problema es que esto me lleva a que exista cierta tendencia a romper con los hábitos y rutinas, teniendo que hacer uso de mi fuerza de voluntad y honestidad, para saber distinguir entre el tiempo de reflexión, y las justificaciones que me llevarían a dar de lado mis hábitos.

EMBARCARME EN DEMASIADAS COSAS

Y es que de pronto todo me emociona, todo me llega de forma muy especial y novedosa. Me veo realizando tareas que ni me atrevía a imaginar, además me gustan, me llenan y aportan, así que… ¡más madera!
Sin darme cuenta me veo enfrascado en más actividades de las que puedo ser capaz de abarcar. “Amigo mío, se te fue el entusiasmo de las manos”.
Llegar a esta conclusión no fue fácil para mí, pues, hasta llegar a ella, pasé por un periodo de angustia y ansiedad importante. Respirar hondo, ser consciente de lo que ocurría, y sobre todo, saber lo que debía hacer para solucionarlo, fue el camino para afrontar estos momentos de exceso de confianza y emoción.
Ahora procuro estar alerta a las señales, y no olvidar lo que puede ocurrir si olvido mis limitaciones.

OLVIDARME DE MI Y MIS NECESIDADES

Pues sí, también me ocurrió, y fue muy duro. Me olvidé de partes muy importantes de mí, como por ejemplo, pensar en cómo me encontraba. No olvidemos que no estamos solos, que no todo es trabajo, formación, proyectos, responsabilidades,… dando todo de lado, o simplemente, no dedicar la atención necesaria a otras necesidades. Esto provocó que se acumulasen emociones y sentimientos ignorados que, tarde o temprano, saldrían a la luz quisiera o no, y por lo general, no de la mejor forma.
Todo importa, todo cuenta. Buscar el equilibrio es tan importante como para saber que, si no lo hacemos, todo perderá valor y se vendrá abajo.
De todo esto he aprendido que debía darme un tiempo, debía ser consciente que se estaba dando un proceso de aprendizaje entre mi nuevo yo, las nuevas actividades que era capaz de realizar y las necesidades psicológicas y emocionales.
Me estaba moviendo en un mundo totalmente desconocido para mí. Muy excitante, muy satisfactorio, pero también capaz de desestabilizarme si me olvidaba de quién soy y de donde vengo. Pero sobre todo, a dónde quiero ir.
¡¡Cada vez más convencido de que esto que llaman vida es la leche!!

¡Un abrazo!

No hay comentarios:

Publicar un comentario