¿Por qué yo? Esa es una pregunta que todos los adictos, alcohólicos y dependientes nos hemos hecho en algún momento. A Jesús le hicieron esa misma pregunta sobre un enfermo que iba a sanar. Su respuesta fue sencilla y directa: “para que las obras de Dios sean visibles.” (Jn:9, 1–41) Es decir, que según Jesús nosotros los que padecemos una enfermedad existimos para que el trabajo del Poder Superior se vea.
La recuperación es un regalo y un milagro
La literatura de Doce Pasos se refiere a la recuperación como un regalo; como algo recibido gratuitamente. Mi experiencia de la recuperación fue esa: algo que recibí, que vino de fuera de mi, como regalo.
Cuando nos referimos a nosotros mismos como “milagros” no es figurativamente que lo hacemos. Significa que reconocemos que para sacarnos de donde nos encontrábamos y lograr el cambio de personalidad requerido para mantenernos libres de las dependencias hacía y hace falta una verdadera intervención divina, es decir un milagro.
Cuando yo estaba en recuperación mi madre me decía que yo tenía una segunda vida y que debía estar muy agradecido a Dios por ella. Mi madre veía el milagro. En mi segunda vida veía la obra de Dios, tal y como decía Jesús.
El primer milagro: la rendición
La rendición fue algo que para mi “llegó”. Mil veces antes había atravesado el mismo dolor y la misma miseria. Mil veces también había pedido ayuda y había prometido dejar las sustancias pero nunca antes lo hice ni tuve fuerzas para hacerlo hasta que llegó a rescatarme un Poder Superior que eventualmente llamé Dios.
El segundo milagro: la recuperación
Por la rendición, el Poder Superior me permitió abrir la mente a que no podía solo y que necesitaba ayuda. En un Tercer Paso me permitió entregarme a El y a partir de un inventario y un Quinto Paso experimenté como Dios me aceptó plenamente, con mis defectos y virtudes. A partir de mi disposisión y unSéptimo Paso me liberó de defectos que me angustiaban (¡no de todos!). Luego, porque me dispuse a enmendar y lo hice en un Noveno Paso me dio a entender que quedaba perdonado. Y finalmente porque me examiné diariamente y me comuniqué con El, me dijo que no le diera tanta importancia a ser perfecto, que no fuera tan duro conmigo, que lo tomara más suave, que El sabía de que estaba hecho este que escribe. 
El tercer milagro: regalos en todas las áreas de la vida
Además de la experiencia del amor de Dios que surgió del trabajo de los Doce Pasos recibí de otros muchísimos otros regalos durante mi recuperación. Desde el comienzo recibí el amor de mi padre, mi esposa y mi familia. Posteriormente conocí el amor de mis compañeros, de las juntas, del padrino, de consejeros espirituales, de profesionales de la salud, de patronos y de colegas.
Al presente, mientras escribo esta entrada, me llegó una donación por $25.00 a mi blog. Es algo que me sorprende pues la verdad es que no espero mucho y escribo porque tengo que hacerlo. Proviene de alguien que conozco de toda la vida y que no veo hace más de quince años. Y yo aquí escribiendo del milagro que es la recuperación. ¿Cómo crees que me siento? ¿Crees que pienso que es una coincidencia? ¿Creo en milagros?
La gratitud y el servicio son las respuestas al milagro
En respuesta al regalo recibido mi respuesta ha sido la gratitud hacia Dios y hacia todos aquellos que me han ayudado. En gran medida por eso escribo este blog que tanto trabajo me cuesta, porque quiero agradecer y que el mundo entero sepa de mi agradecimiento por lo bueno que el Poder Superior, Dios, ha sido conmigo.
En fin, como yo lo veo, mi recuperación es para que otros vean lo que Dios hace . No soy yo el protagonista de mi recuperación, estemos claros, yo soy solo la evidencia, el objeto que se muestra como fundamento, para evidenciar que hay un poder superior que obra, trabaja y nos mantiene libres cuando nos ponemos en sus manos.
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