viernes, 22 de marzo de 2013

DIOS REVELADO EN LA NATURALEZA Y EN JESÚS


Cielo Estrella

Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas. Romanos 1:20.
Las obras creadas de Dios son una historia pictórica de ministerio. El sol hace su obra prefijada en ministrar a toda la naturaleza animada e inanimada. Causa que los árboles crezcan y rindan sus bendiciones en frutos. Causa que la vegetación florezca para el beneficio de todos. La luna también tiene su misión. Produce luz en la noche para nuestra felicidad, y las estrellas también se forman en los cielos para ministrar a favor del regocijo del mundo. Ninguno de nosotros puede entender plenamente la función de estos vigilantes nocturnos, pero todos tienen su obra de ministerio.
Las aguas profundas también tienen su lugar en el gran plan de Dios. Las montañas y las rocas son tema de la meditación, y contienen lecciones para el estudiante. Todo en la naturaleza, la flor más humilde y la hierba que alfombra la tierra con su cobertura verde, proclama la bondad y el amor de Dios hacia nosotros...
Sus pensamientos y obras están tan conectados entre sí que podemos leer en la naturaleza el gran amor de Dios por un mundo caído. El universo contiene una gran obra de arte de la sabiduría infinita en la diversidad innumerable de sus grandes obras, que en su incomparable variedad forman un todo perfecto.
Cuando se las investiga de cerca, las innumerables providencias de Dios en el mundo natural muestran estar conectadas unas con otras, y al trazar estos eslabones en la cadena de la providencia, somos llevados a familiarizarnos más con el gran Centro. Esta es una verdad digna de estudio cuidadoso. Jesucristo es la única gran Unidad; él posee los atributos que armonizan todas las diversidades. Y él, el Don sobre todo don, fue dado a nuestro mundo para dar expresión a la mente y el carácter de Dios, para que todo ser inteligente que desea pueda ver a Dios en la revelación de su Hijo.
Todas estas cosas fueron dadas por Dios a la familia humana... ¿Ha pensado usted en las obras creadas de Dios como preparadas por sus manos para ministrar a favor de la felicidad de la familia humana?...
Hay una recompensa preciosa que aguarda a los que son fieles en su ministerio. Tendrán un hogar en las mansiones que Cristo ha ido a preparar para los que lo aman y esperan su aparición.— Youth´s Instructor, 19 de agosto de 1897.
Tomado de Meditaciones Matutinas para adultos
Desde el Corazón
Por Elena G. de White
LA TECLA MÁS USADA
«Y nunca más me acordaré de sus pecados y maldades.» Y cuando estos han sido perdonados, ya no hace falta otro sacrificio por el pecado. Hebreos 10:17-18
En la década de los setenta escribí mi primera tesis, requisito indispensable para hacer válida la licenciatura que cursaba. Aún recuerdo la tortura de escribir más de cien páginas en aquellas ruidosas y aparatosas máquinas mecánicas. Siendo que una tesis no debía llevar ninguna corrección, un error cometido en una página significaba escribir nuevamente toda la página, porque no habla ninguna manera de corregir; faltaban teclas a las que hoy nos hemos acostumbrado.
Gracias al avance de la tecnología, mi segunda tesis la pude escribir en una computadora, que tenía la tecla más maravillosa de todas: «Suprimir». Con apenas darle un pequeño golpecito, reaccionaba y deshacía automáticamente todos los errores. «¡Qué maravilla!», pensé después de tantos desvelos en mi primer trabajo, pues ahora, con una simple tecla, podía superar el temor a echar a perder todo mi esfuerzo.
A veces pienso que alguien debería inventar una tecla «suprimir» para que, al pulsarla, automáticamente se borraran todos los errores de nuestra vida... pero no puede ser así. Los errores y pecados cometidos quedan registrados en nuestra mente y nuestro corazón, dejando en algunas personas marcas imposibles de borrar.
La buena noticia es que los errores de nuestra vida pueden ser borrados y arrojados a lo profundo de la mar, pero esa no es obra nuestra; no basta con pulsar los botones de nuestra mente con una buena psicoterapia. Es la obra del Espíritu Santo en la mente y el corazón de los hombres y las mujeres que acuden a Dios en busca de perdón. Y es tu privilegio en este día.
Eso no significa que por el hecho de que Dios te permita corregir tus errores, puedas actuar con descuido y equivocarte a diestra y siniestra. Sé consciente de ello y, si vives atormentada tratando de borrar tus errores e intentado reescribir las páginas de tu vida, vuélvete hacia Dios; no es tan difícil. Tienes un manual para conducirte al Señor: la Santa Biblia.
Deja que el Señor toque, pulse, y haga sensible tu alma para que, llena de arrepentimiento, puedas participar del «Programa celestial de restauración». La tecla «suprimir» de Dios nos dice: «Yo les perdonaré sus iniquidades, y nunca más me acordaré de sus pecados» (Heb. 8:12).
Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Por Erna Alvarado
DIOS REVELADO EN LA NATURALEZA Y EN JESÚS
Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas. Romanos 1:20.
Las obras creadas de Dios son una historia pictórica de ministerio. El sol hace su obra prefijada en ministrar a toda la naturaleza animada e inanimada. Causa que los árboles crezcan y rindan sus bendiciones en frutos. Causa que la vegetación florezca para el beneficio de todos. La luna también tiene su misión. Produce luz en la noche para nuestra felicidad, y las estrellas también se forman en los cielos para ministrar a favor del regocijo del mundo. Ninguno de nosotros puede entender plenamente la función de estos vigilantes nocturnos, pero todos tienen su obra de ministerio.
Las aguas profundas también tienen su lugar en el gran plan de Dios. Las montañas y las rocas son tema de la meditación, y contienen lecciones para el estudiante. Todo en la naturaleza, la flor más humilde y la hierba que alfombra la tierra con su cobertura verde, proclama la bondad y el amor de Dios hacia nosotros...
Sus pensamientos y obras están tan conectados entre sí que podemos leer en la naturaleza el gran amor de Dios por un mundo caído. El universo contiene una gran obra de arte de la sabiduría infinita en la diversidad innumerable de sus grandes obras, que en su incomparable variedad forman un todo perfecto.
Cuando se las investiga de cerca, las innumerables providencias de Dios en el mundo natural muestran estar conectadas unas con otras, y al trazar estos eslabones en la cadena de la providencia, somos llevados a familiarizarnos más con el gran Centro. Esta es una verdad digna de estudio cuidadoso. Jesucristo es la única gran Unidad; él posee los atributos que armonizan todas las diversidades. Y él, el Don sobre todo don, fue dado a nuestro mundo para dar expresión a la mente y el carácter de Dios, para que todo ser inteligente que desea pueda ver a Dios en la revelación de su Hijo.
Todas estas cosas fueron dadas por Dios a la familia humana... ¿Ha pensado usted en las obras creadas de Dios como preparadas por sus manos para ministrar a favor de la felicidad de la familia humana?...
Hay una recompensa preciosa que aguarda a los que son fieles en su ministerio. Tendrán un hogar en las mansiones que Cristo ha ido a preparar para los que lo aman y esperan su aparición.— Youth´s Instructor, 19 de agosto de 1897.
Tomado de Meditaciones Matutinas para adultos
Desde el Corazón
Por Elena G. de White
LA TECLA MÁS USADA
«Y nunca más me acordaré de sus pecados y maldades.» Y cuando estos han sido perdonados, ya no hace falta otro sacrificio por el pecado. Hebreos 10:17-18
En la década de los setenta escribí mi primera tesis, requisito indispensable para hacer válida la licenciatura que cursaba. Aún recuerdo la tortura de escribir más de cien páginas en aquellas ruidosas y aparatosas máquinas mecánicas. Siendo que una tesis no debía llevar ninguna corrección, un error cometido en una página significaba escribir nuevamente toda la página, porque no habla ninguna manera de corregir; faltaban teclas a las que hoy nos hemos acostumbrado.
Gracias al avance de la tecnología, mi segunda tesis la pude escribir en una computadora, que tenía la tecla más maravillosa de todas: «Suprimir». Con apenas darle un pequeño golpecito, reaccionaba y deshacía automáticamente todos los errores. «¡Qué maravilla!», pensé después de tantos desvelos en mi primer trabajo, pues ahora, con una simple tecla, podía superar el temor a echar a perder todo mi esfuerzo.
A veces pienso que alguien debería inventar una tecla «suprimir» para que, al pulsarla, automáticamente se borraran todos los errores de nuestra vida... pero no puede ser así. Los errores y pecados cometidos quedan registrados en nuestra mente y nuestro corazón, dejando en algunas personas marcas imposibles de borrar.
La buena noticia es que los errores de nuestra vida pueden ser borrados y arrojados a lo profundo de la mar, pero esa no es obra nuestra; no basta con pulsar los botones de nuestra mente con una buena psicoterapia. Es la obra del Espíritu Santo en la mente y el corazón de los hombres y las mujeres que acuden a Dios en busca de perdón. Y es tu privilegio en este día.
Eso no significa que por el hecho de que Dios te permita corregir tus errores, puedas actuar con descuido y equivocarte a diestra y siniestra. Sé consciente de ello y, si vives atormentada tratando de borrar tus errores e intentado reescribir las páginas de tu vida, vuélvete hacia Dios; no es tan difícil. Tienes un manual para conducirte al Señor: la Santa Biblia.
Deja que el Señor toque, pulse, y haga sensible tu alma para que, llena de arrepentimiento, puedas participar del «Programa celestial de restauración». La tecla «suprimir» de Dios nos dice: «Yo les perdonaré sus iniquidades, y nunca más me acordaré de sus pecados» (Heb. 8:12).
Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Por Erna Alvarado

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